Serapia Hernández Quiroz solicitó que las autoridades de justicia de Oaxaca obren con apego a derecho y su hermana Teresa obtenga su libertad, luego de que habría asesinado a un hombre en defensa propia, cuando éste pretendió abusar de ella.
A más de ocho meses del encarcelamiento de Teresa en el «penal» de Tlaxiaco, Serapia Hernández Quiroz explicó que su hermana podría obtener su libertad de acuerdo con el Artículo 14 del Código de Procedimientos Penales por ser una persona excluyente de delitos, al encontrarse enferma de esquizofrenia y epilepsia.
En entrevista con Cimacnoticias, Serapia dijo que de acuerdo con los abogados –de oficio- y la Liga Mexicana por la Defensa de los Derechos Humanos el procedimiento penal contra Teresa debe ser repuesto, para que se tome en cuenta todo lo que hasta ahora no se consideró.
Hernández señaló que el procedimiento penal ha estado lleno de irregularidades y a pesar de que Teresa declaró actuar en defensa propia, luego de que Carlos Raymundo Bautista o Carlos Bautista Cervantes entró a su casa y pretendió abusar sexualmente de ella, no se consideró este hecho, por lo que en una primera instancia fue condenada a 40 años de prisión. Sentencia que se redujo a 12 años gracias a una apelación.
De acuerdo con Serapia, quien es socióloga, la ley es clara y su hermana tendría que gozar de libertad por haber actuado en defensa propia y porque se encuentra enferma, lo que esperan se logre después de una audiencia pública en el Tribunal Superior de Justicia del Estado esta semana.
De lo contrario, apuntó una opción legal sería que se dicte una medida de seguridad, que permita su internamiento en un lugar adecuado para su atención médica y tratamiento, y no en una cárcel pública como la de Tlaxiaco donde no cuenta con la atención que requiere.
Radicada en la ciudad de México desde que era una niña, Serapia recuerda los muchos esfuerzos que realizaron para salir adelante junto con Teresa, quien emigró de Atlatlahuca, Tlaxiaco, sin hablar español para emplearse como trabajadora del hogar a los 11 años y que fue ella quien le consiguió trabajo en una casa en la ciudad de México.
Explicó que desde su nacimiento, Teresa sufrió discriminación de parte de su propia familia, pues nació con problemas y siempre fue muy enfermiza, por lo que su madre y su padre consideraban que no servía para nada, «le recriminaban el hecho de no haber sido hombre».
Así que cuando hubo «la oportunidad» de que se fuera la enviaron a la ciudad de México «porque en el pueblo no servía para nada»; al cabo del tiempo empezó a enfermarse, a deprimirse mucho, a sufrir dolores de cabeza y actuar raro.
Serapia, quien se hizo cargo de los gastos médicos, pues a ninguno de los hermanos -16 en total- les interesaba la salud de Teresa, cuidó hasta donde pudo de su hermana a quien se le diagnostico esquizofrenia, panoia y epilepsia en el Hospital Psiquiátrico Fray Bernardino de Álvarez en la capital mexicana.
Como la salud de Teresa se deterioró cada vez más, volvió a su pueblo natal en la mixteca oaxaqueña donde su familia la rechazó, incluso le llegaron a negar los alimentos.
Para evitar problemas le dieron un jacal en uno de los terrenos de sembradío de su papá, «lo más lejos de la casa paterna, donde mi hermana vivió como indigente por muchos años, recibió la burla de los niños y el desprecio de la gente», dice Serapia.
En junio de 2005 su papá contrató a unos peones para que le ayudaran a cultivar la tierra, entre ellos iba Carlos Raymundo Bautista o Carlos Bautista Cervantes –porque tiene dos actas de nacimiento- quien al terminar sus labores el pasado 9 de junio esperó a que empezara a caer la tarde y se dirigió a la casa de Teresa, a quien ya había molestado en otras ocasiones.
Serapia Hernández indicó que su hermana logró salir de la cocina y corrió hacia la parte trasera donde tomó un hacha, que había entre las herramientas de trabajo del campo, con la que se defendió de su agresor que la persiguió en su afán de abusar de ella.
A pesar de las declaraciones, sostiene la socióloga, nada de esto se considera en las investigaciones. Incluso la familia, de nueva cuenta abandonó a Teresa a su suerte, «de ahí que yo tenga que ir y venir de la ciudad de México para procurar que juzguen conforme a derecho, pues de haber sido todo legal «ahora mismo estaría en libertad, pues lo único que hizo fue defenderse», puntualiza Serapia Hernández.
06/SJ/LR
