El control prenatal fue muy importante para lograr reducir la muerte materna por preeclampsia-eclampsia en los últimos cinco años que pasó de 13.9 a 9.6 casos, por cada cien mil nacidos vivos en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
La preeclampsia es la primera causa de muerte entre las embarazadas y se origina por un aumento de la presión arterial que de no ser atendida oportunamente causa lesiones renales, hepáticas y pulmonares, informó el jefe de cuidados intensivos de adultos del hospital Gineco-Obstétrica 4 del IMSS, Filberto Rafael Tenorio Magaña.
El especialista advirtió que una mujer embarazada debe acudir de inmediato al médico ante la presencia de náuseas, dolor de cabeza y abdominal –en la boca del estómago-, zumbido de oídos, alteraciones visuales o convulsiones, que son los principales signos de alarma de hipertensión arterial.
En la preeclampsia-eclampsia, añadió, la principal manifestación es la elevación de la presión arterial mayor a 140/90mm/hg (hipertensión), mientras que la normal en un adulto es de 100/60 mm/Hg. Con frecuencia se acompaña de hinchazón generalizada y pérdida de proteínas por la orina. El grupo más afectado se encuentra entre la semana 30 y 36 de gestación.
Subrayó que una preeclampsia no tratada puede conducir a una eclampsia, que es la forma más grave de la enfermedad hipertensiva, cuando la paciente ya presenta convulsiones y trastornos en la coagulación, en donde la sangre se acumula en el hígado y puede ocasionar que este órgano se reviente; ello pone en peligro la vida del binomio madre-hijo.
Aunque se desconoce por qué ocurre esta enfermedad durante el embarazo, hay ciertos factores de riesgo que pueden favorecerla: que éste haya sido a edad muy temprana -cuando aún su cuerpo no está maduro para este evento-; la multiparidad (más de cuatro hijos).
La desnutrición; la obesidad; el antecedente familiar –mamá, hermana o abuela con este problema-, y padecer previamente alguna enfermedad crónico-degenerativa, como diabetes mellitus, hipertensión, lupus eritematoso o neuropatías, son otras causas del padecimiento.
La preeclampsia se clasifica en leve, severa y eclampsia. En el primer caso, aún hay tiempo para dar tratamiento a la madre, a fin de que el bebé, complete su desarrollo y alcance su maduración pulmonar.
De tratarse de una situación severa o de una eclampsia, el tratamiento efectivo es la interrupción del embarazo a través de la cesárea, y aunque será un parto prematuro, se evita la muerte de la madre por complicaciones graves.
Para ello es necesario que primero se estabilice a la mujer antes de operarla, proceso que no debe rebasar las seis horas –tiempo en que se le administran fármacos antihipertensivos, sueros, sedantes y otros medicamentos dependiendo de cada caso–, para que de esta manera se encuentre en las mejores condiciones para la cirugía, puntualizó el especialista del IMSS.
06/LR