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Se incrementa la participación laboral de las mujeres

Por la Redacción

En los últimos 25 años la tasa la participación de las mujeres mexicanas ha crecido de manera sostenida, tendencia que irá en ascenso en los próximos años dada la incorporación de este sector de la población a la vida productiva del país, señala un diagnóstico del Consejo Nacional de Población (CONAPO).

De acuerdo con el mismo, en la actualidad dos de cada tres mujeres separadas o divorciadas trabajan, y sólo una de cada tres solteras lo hace, en tanto que el 95 por ciento del total de la población femenina realiza trabajo doméstico.

Se prevé que la participación económica de este sector poblacional seguirá incrementándose de manera significativa en los próximos años: a más de 15.2 millones en 2005, a 17.2 millones en 2010 y a cerca de 21 millones en 2020, lo cual implica que, al menos, 39 por ciento de los más de 900 mil empleos que deberán crearse anualmente en los próximos diez años para absorber a los nuevos integrantes al mercado de trabajo, serán ocupados por mujeres.

Ello como resultado de los procesos de modernización y restructuración de la economía nacional y de la proliferación de estrategias generadoras de ingreso, mediante las cuales la población femenina contribuye a sostener el nivel de vida de sus familias.

Cabe destacar que la proporción de mujeres trabajadoras sin pago es casi el doble que la de los hombres que se encuentran en esta condición. El sector terciario (comercio y servicios) ha sido el más propicio para la expansión del autoempleo femenino, el cual está estrechamente conectado con estrategias familiares de vida, incluida la proliferación de pequeñas unidades económicas familiares que requieren poco capital y escasa tecnología.

En promedio, los ingresos por hora trabajada son menores para las mujeres que para los hombres. La discriminación salarial a la que son sujetas se presenta en mayor medida en ocupaciones socialmente denominadas como «masculinas», como es el caso de supervisores industriales, donde las mujeres tendrían que ganar 15.3 por ciento más para igualar el sueldo de los varones.

De acuerdo con el diagnóstico de CONAPO, si bien es cierto que la participación económica de la población femenina ha crecido, la suma de la desigualdad de oportunidades educativas y sociales se traduce en inequidades que tienden a golpear a este sector de manera más fuerte, dando por resultado que los índices de pobreza se agudicen en este grupo poblacional.

El aumento en las tasas de participación económica de las mujeres ha significado el incremento en el mercado laboral de población en edad adulta y la pérdida de la relación entre estado civil y participación laboral.

A pesar de que más de una quinta parte de los hogares mexicanos está dirigida por mujeres, aún queda un largo camino por recorrer en cuanto a las acciones para favorecer la compatibilidad de las funciones de madre, esposa o jefa de familia con los de profesionista, obrera o empleada. Por ejemplo, el sistema de guarderías públicas sólo atiende a poco más de un quinto de la población entre los cero y seis años de edad.

Un aspecto en donde se muestran marcadas desigualdades de género es la participación en el trabajo doméstico. Los datos para 2001 muestran que la gran mayoría de las mujeres realiza trabajo doméstico (95.6 por ciento), mientras que este indicador desciende a 61.3 por ciento para el caso de los varones.

En 2003, la mayor participación en el mercado laboral se observaba entre las mujeres separadas y divorciadas (63.5 y 69.6 por ciento, respectivamente), seguidas por las mujeres solteras (37.5). En contraste, las mujeres casadas, viudas o en unión libre tenían una tasa de participación de alrededor de 31 por ciento. Sin embargo, debe destacarse que, independientemente de su estado civil, las mujeres registraron un aumento en su tasa de participación laboral entre 1991 y 2003.

La participación de las mujeres se asocia primordialmente con el trabajo asalariado, el trabajo por cuenta propia y el trabajo sin pago. En 2003, los porcentajes de población femenina en esas posiciones laborales eran del orden de 58.6, 23.8 y 12.1 por ciento, respectivamente.

05/GV/GM

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