La erradicación de la violencia contra la población femenina que vive en el campo, a veces dentro de un contexto de militarización creciente y de machismo, es una prioridad mundial, coincidieron más de un centenar de mujeres provenientes de 47 países de todo el mundo.
Al participar en la II Asamblea Internacional de Mujeres del Campo que, como parte de la Conferencia de la Vía Campesina, se realizó en la ciudad de Sao Paulo, los días 12 y 13 de junio, las asistentes resaltaron la necesidad de elaborar una agenda que contrarreste el patriarcado y el neoliberalismo.
Acordaron seguir adelante y hacer que la organización adopte políticas explícitas, para enfrentar las situaciones estructurales que limitan su participación en diferentes ámbitos de la vida de cada país. Ello con la intención de cambiar el mundo empezando desde adentro.
La Vía Campesina es única en su género, no sólo por ser la mayor articulación del movimiento del campo en el mundo, sino también por tener el lineamiento del 50 por ciento de participación de las mujeres en todas sus esferas.
Durante la Asamblea, las mujeres venidas de los cinco continentes visualizaron su diversidad como una fortaleza, cuya frontera no termina en las significativas expresiones culturales, que cada etnia y contexto producen, sino que abarca dominios como el del conocimiento a la agricultura y la alimentación.
Reiteraron que su resistencia frente a temáticas de punta, tales como la biogenética y su monumental industria de híbridos, entre cuyos íconos figuran los alimentos transgénicos o la propiedad intelectual, cuyo registro privado constituye la mayor piratería de conocimientos que se haya conocido.
2004/GV
