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Presentan el libro Mujeres de Palabra de Verónica Ortiz

Por Guadalupe Vallejo Mora

En Mujeres de Palabras concurren únicamente escritoras, pero ello no quiere decir que se trate sólo de un texto feminista: «yo no soy feminista, aunque una tarea permanente es abrir espacios para que se discutan los derechos de las mujeres», afirmó su autora Verónica Ortiz.

«El libro, busca conocer la vida de estas mujeres honestas, seductoras, apasionadas, por ello va más allá del aspecto literario; dibuja la vida misma de cada una de ellas en su faceta de madres, esposas…Es un libro vivo para leer», abundó.

A decir de la también periodista y autora de Sobrevivientes, en nuestro país se lee más a autores varones que mujeres «y esto se encuentra dentro de esta situación, que tiene su síntesis más grave y más dolorosa en el feminicidio de Ciudad Juárez.

Este no es asunto de igualdad sino de defender los espacios que hemos ganado a través de la profesión, del empeño, del trabajo, ya que es lamentable que en nuestro país las mujeres ganen 30 por ciento menos que un hombre en trabajos iguales».

Mujeres de Palabra es también un homenaje a Elena Poniatowska, pues con excepción de Fabienne Bradu, «las entrevistadas la tenían presente, ya sea que les ayudó a publicar o empezaron en su taller o bien, les dio la mano. Ella (Elena) es la gran matriz, la gran madre en la mejor acepción de la palabra, que las abraza y recoge y establece posibilidades para que las mujeres escriban y publiquen».

Acompañada de las escritoras Rosa Beltrán, Silvia Molina, Eladia González, Mónica Lavín, Rosa Nissán y Fabienne Bradu, con excepción de Guadalupe Loaeza y Laura Esquivel, Verónica Ortiz resaltó la satisfacción que le significó escuchar ocho historias de vida.

«Porque escribir es un asunto de mucha pasión, de mucha entrega, además, es mentira que las mujeres sólo hablen de cosas de mujeres. Tienen muchas historias que contar y son historias tanto para mujeres como para hombres», citó.

Durante la presentación del libro, la periodista y escritora Elena Poniatowska, hizo ver que en Mujeres de Palabra, ninguna de las entrevistadas tuvo «que pedir perdón o permiso» para dedicarse a hacer lo que les gusta: escribir; «escribir cuesta trabajo, exige mucho, pues incluso hay mujeres que han muerto en la escritura como María Luisa Puga».

«Son ocho historias de vida en la que ninguna de las entrevistadas se queja de la soledad, del abandono, del suicidio o lo difícil que es entrar y abrir puertas», comentó la también autora de La Noche de Tlatelolco, ante más de un centenar de personas que se dieron cita la noche de este martes en la Casa del Risco.

Cada una de las entrevistadas en el libro, agradeció en principio a Elena Poniatowska, el Prologó del libro porque «sacó más cosas de las que ni nosotras sabíamos que podíamos decir»; también a la autora, por la idea de conjuntar sus vidas en un texto no para deleite personal, sino como ella misma describe, «como historias de vidas, de carne y hueso».

La escritura me enseñó a hablar

Rosa Nissán recordó que fue educada para ser mamá. «A mí nadie me preguntaba qué iba a ser de grande. Siempre preguntaban a mis hermanos y a mí me saltaban. A mí la escritura me enseñó a hablar y ahora sé que como mujeres podemos seguir abriéndonos espacios, yo sólo sabía que iba a ser la mamá de mis hijos».

Silvia Molina dijo que al igual que en «Simpatías y Diferencias» de Alfonso Reyes, «de un plumazo (Elena) nos pinta, sabe captar el carácter de las entrevistadas», al tiempo que Mónica Lavín premió el que Ortiz haya «jalado el hilo, porque jalando de la madeja fue desentrañando voluntades, dudas, deseos…».

En su turno, Eladia González aceptó que a través de la lectura del libro pudo conocerse de otra forma. «Me llevé una gran sorpresa. Me creía tímida, reservada y ahora sé que no es así, que suelto todo»,, en tanto que Rosa Beltrán se sinceró: «…estuve tentada a pagarle el psicoanálisis (a Ortiz)».

Por último, Fabianne Bradu hizo ver que de no haber sido por la insistencia de Verónica Ortiz, «me hubiera negado (a dar la entrevista), porque hablar de mi vida creo que no interesa mucho».

A todas ellas les une escribir para Editorial Planeta, de donde surgió precisamente la idea de Ortiz de conjuntar sus vidas en un texto.

2005/GV/SJ

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