Cifras sobre salud, educación, vivienda e ingresos por trabajo han permitido conocer a fondo la existencia de los altos grados de exclusión y segregación social que se vive en las ciudades, los cuales tienen un impacto negativo sobre el bienestar de las familias, acentuando su pobreza, aseguró investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), Patricio Solís.
Esta situación no sólo daña la calidad de vida de quienes la padecen -en particular las mujeres-, sino que ponen en riesgo el desarrollo sustentable de los centros urbanos y exacerban los problemas de inseguridad y violencia de las grandes ciudades.
La existencia de condiciones inadecuadas para lograr la equidad entre mujeres y hombres es, en sí misma, una expresión de rezago social, abundó.
El sociólogo, egresado de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), aseguró que en las áreas urbanas, es decir, en los barrios, colonias y zonas que integran las ciudades, es difícil identificar los rezagos sociales.
En ese sentido, un informe de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), destaca que una de cada cinco familias del Distrito Federal (DF), vive en situación de pobreza, la cual afecta en mayor medida a hogares de las delegaciones de Milpa Alta, Cuajimalpa, Iztapalapa, Magdalena Contreras, Tláhuac y Xochimilco.
Asimismo, se estableció que de las 61 mil 400 manzanas que componen la geografía urbana del DF, cerca de la mitad registra con mayor o menor intensidad el fenómeno de la pobreza.
Solís, autor del Índice de Marginación Urbana 2000, edición de Consejo Nacional de Población (Conapo), reveló que los indicadores disponibles para las entidades federativas y los municipios permiten obtener una perspectiva general de la marginación, pero generalmente son de poca utilidad para saber el rezago social al interior de las comunidades del entorno urbano.
Además, la concentración territorial excesiva de la marginación se asocia a la segregación de la población en condiciones de pobreza, tal situación suele agravar problemas sociales como la delincuencia y el abandono escolar, al tiempo que representa un obstáculo para la movilidad social ascendente de las familias pobres.
Dijo que la falta de acceso a los servicios de salud aumenta la vulnerabilidad de sus habitantes y las familias ante el embate de las enfermedades, al tiempo que dificulta el aprovechamiento de una gama de servicios de salud de corte preventivo, lo cual incide negativamente sobre la calidad de vida de las personas.
También, la mortalidad prematura constituye el ejemplo más extremo de la forma en que la marginación incide negativamente sobre la calidad de vida de las personas, trunca sus potencialidades en edad reproductiva y quebranta las redes de solidaridad familiar.
2004/RG/GV/SM
