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Mujeres, fundamentales para conservar bosques, pero no son propietarias

Por Anayeli García Martínez
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Las mujeres desempeñan un papel fundamental en la conservación de los bosques, sin embargo, con frecuencia son excluidas de los procesos de toma de decisiones por no ser propietarias de las tierras rurales: apenas poseen 19.8 por ciento de estos territorios.
 
Al ser una quinta parte de quienes son personas propietarias, la mayoría de las mujeres que dependen de los recursos de los bosques también son excluidas de los beneficios de programas de equipamiento, infraestructura, créditos, arrendamientos y apoyos económicos por servicios ambientales.
 
Ante esta realidad un grupo de organizaciones integradas en la Alianza México sobre Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación Forestal (conocida como REDD+), lleva 4 años trabajando para incluir la perspectiva de género en las políticas y proyectos en la materia.
 
The Nature Conservancy (TNC) es una de las organizaciones que integran la Alianza México REDD+, estrategia desde la que se busca fomentar el manejo forestal sostenible y generar beneficios para el medio ambiente y para las personas.
 
La directora ejecutiva para México y Norte de Centroamérica de TNC, Isabel Studer Noguez, explicó en entrevista la importancia de la igualdad de género en las acciones para conservar los bosques, hacer frente al cambio climático y fomentar el desarrollo rural.
 
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De acuerdo con la especialista, el principal obstáculo que enfrentan las mujeres para desarrollar sus capacidades en el sector forestal es que no poseen las tierras y es que de 4.2 millones de ejidatarios y comuneros, ellas representan 19.8 por ciento.
 
 “Si tú no eres dueño  de la tierra difícilmente, aunque seas usuario, vas a poder decidir y tomar decisiones sobre cómo organizar la actividad forestal o agropecuaria. Impone una barrera enorme porque aunque son usuarias no pueden decidir qué hacer con el bosque”, señaló.
 
YUCATÁN
 
Actualmente, TNC en colaboración con la Oficina Global de Género de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y Pronatura Sur, trabajan con las comunidades de la península de Yucatán, en el Caribe mexicano, para promover las capacidades de las mujeres en la conservación del ecosistema.
 
De acuerdo con Studer Noguez, el hecho de no tener un título de propiedad excluye a las mujeres de beneficios como créditos, programas de equipamiento, apoyos de gobierno o de programas como REDD+, iniciativa que busca la protección de los bosques y las selvas.
 
La investigadora, quien fue parte del Consejo de Cambio Climático de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, expone que las principales causas de la deforestación son la agricultura y la ganadería, razón por la cual trabajan con las comunidades que viven de estas actividades.  
 
“Nos abocamos con este programa a trabajar, en primer lugar, para introducir prácticas de sostenibilidad en el sector agrícola y en la ganadería, para introducir sistemas silvopastoriles (ubicar árboles, pasturas y animales en una misma zona)”.
 
Con esta práctica, dijo, se busca que la ganadería no se haga en grandes territorios, lo que implica talar selva, sino que las personas tomen nuevas acciones para aumentar su productividad y la rentabilidad de la ganadería o de los cultivos al tiempo que evitan la deforestación.
 
En el caso de la conservación de la selva maya, Studer Noguez señaló que se han tomado acciones para coordinar las políticas de los municipios, desarrollar las capacidades de las y los ejidatarios, promover técnicas para que las tierras de trabajo sean más productivas y restaurar tierras que ya están erosionadas.
 
Es decir, señaló Studer, quien formó parte del Consejo Asesor del Centro para el Estudio del Desarrollo Sostenible del Sector Privado en México, con REDD+, también se rescatan las prácticas tradicionales y se evita la sobre explotación de la tierra por cultivos o pastoreo.
 
Otro aliado de REDD+ es el sector privado, con quien se pueden operar mecanismos de mercado y esquemas sostenibles a largo plazo, en particular cuando se trata de “pagos por servicios ambientales”, es decir de incentivos económicos para quienes realizan actividades de conservación.
 
MUJERES, GRAN POTENCIAL PARA CONSERVAR
 
Según datos de la Comisión Nacional Forestal México pierde 155 mil hectáreas de bosques y selvas al año, de las cuales 9 mil corresponden a bosques templados y 146 mil a selvas.
 
Esta deforestación y degradación forestal tienen consecuencias como la pérdida de oportunidades económicas para las y los ejidatarios, de funcionamiento de los ecosistemas y de biodiversidad y además generan gases de efecto invernadero, principal causa del cambio climático.
 
En este contexto TNC destaca que las mujeres dependen de los recursos que proveen los bosques como leña, productos no maderables, suelo, protección del agua, regulación del clima y biodiversidad, pero además señala que ellas tienen un gran potencial para mejorar la productividad y la conservación de los ecosistemas.
 
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Studer Noguez mencionó que para promover la participación femenina el primer reto es que sean propietarias de la tierra y para ello es necesario introducir la perspectiva de género en las políticas públicas de conservación de los bienes comunes, del sector rural y de cambio climático.
 
“Históricamente no se ha puesto atención al tema de equidad de género en nuestro país, si tu revisas la legislación, en general o particular, la legislación ambiental, no hay una referencia explícita al tema de equidad de género”, señaló.
 
Un primer paso, destacó, es que en este sexenio el Plan Nacional de Desarrollo introdujo la perspectiva de género y eso dio pie a que muchos programas y políticas, sobre todo del nivel federal, introdujeran esta visión, como ya lo hizo REDD+.
 
Además el 4 de noviembre de 2016 entró en vigor el Acuerdo de París, pacto de los países de Naciones Unidas para hacer frente al cambio climático y mantener el aumento de la temperatura mundial por debajo de 2º C, mismo que consideró la perspectiva de género.
 
La especialista destacó que un acuerdo global como este es relevante porque indica que el cambio climático nos afecta a todos y es un reto pero también porque considera el género. “Por primera vez un acuerdo de esta naturaleza reconoce la equidad de género como un tema tan importante como el derecho al medio ambiente o como un Derecho Humano”.
 
Gana relevancia, agrega, en un contexto de alta migración rural que provoca que las mujeres se queden como las líderes encargadas de las tierras y cuando los estudios indican que las mujeres son vulnerables, de forma distinta a los hombres, al cambio climático.
 
17/AGM/GG

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