El punto relativo a los derechos sexuales y reproductivos seguía siendo hoy el tema neurálgico entre las 46 delegaciones oficiales participantes en la IX Conferencia Regional sobre la Mujer en América Latina y el Caribe, frente a las presiones de Estados Unidos y su cohorte de fundamentalistas que buscan excluirlos de las legislaciones de la región.
El proyecto de declaración del Consenso de México, que será dado a conocer mañana, al término de la reunión, por las naciones presenta en su inciso XI, del punto seis, un fuerte estira y afloja por parte de las 46 delegaciones, debido a las presiones de la derecha sugieren borrarlo.
En tal inciso se establece el compromiso de los gobiernos para revisar e implementar la legislación que garantice el ejercicio responsable de los derechos reproductivos, y el acceso sin discriminación a los servicios de salud, incluida la salud sexual y reproductiva.
Dividido en diez puntos, el borrador final, de seis cuartillas, destaca la inquietud por los efectos sociales negativos de las políticas de ajuste estructural, uno de cuyos aspectos es la fragmentación de políticas sociales, y la pesada carga de servicio de la deuda externa.
Las delegaciones participantes de América Latina y el Caribe reconocen que la globalización tiene beneficios y costos que no se distribuyen de forma pareja y que a los países en desarrollo les resulta particularmente difícil responder a este reto.
Aceptan que los avances en los ámbitos legislativo, educativo, de salud, del trabajo, la lucha contra la violencia, el desarrollo sostenible y el diseño de políticas públicas con equidad de género son importantes, pero insuficientes, porque aún enfrentan múltiples obstáculos.
De tal suerte, remarcan la importancia de promover políticas públicas de acción positiva al acceso de los recursos y al empoderamiento de las mujeres de las áreas rurales, las indígenas, las afrodescendientes, las jóvenes y las mujeres de la tercera edad.
En materia de violencia, el Consenso de México deplora las diversas formas de violencia y sus manifestaciones que afectan a las mujeres, las niñas y niños de la región.
Sobre migración, destacan la necesidad de promover y proteger los derechos humanos y las libertades fundamentales de las y los migrantes, además de reconocer las remesas como una fuente importante de divisas para cada nación, así como su aportación positiva a las sociedades que las reciben.
Dan su aval al documento Caminos Hacia la Equidad de Género en América Latina y el Caribe, de la CEPAL, y reafirman los acuerdos de las reuniones subregionales preparatorias de la IX Conferencia celebradas en San Vicente y las Granaditas, Honduras y Brasil, respectivamente.
Reiteran su compromiso con las metas y los compromisos de la Plataforma de Acción de la Cuarta Conferencia de la Mujer en Pekín, el Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo (El Cairo, 1994), el Programa de Acción de la Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia (Durban, 2001).
Además la Declaración del Milenio (Nueva York, 2000), adoptadas por la Asamblea General de las Naciones Unidas, y con todos los acuerdos posteriores en los que se reafirma la adhesión de los gobiernos a esta agenda internacional.
2004/GV/GMT/SM
