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Las Caracolas, un suplemento feminista

Por Esther de la Rosa

A partir de 1998, un mensaje diferente se coló en las páginas del diario oaxaqueño El Imparcial. Ese mensaje tomó la forma de un suplemento: Las Caracolas, que en sus 270 ejemplares publicados ha dado cuenta de la condición social de las mujeres oaxaqueñas, mexicanas y de todos los rincones del mundo. Hablamos con Soledad Jarquín Edgar -su directora y responsable de la oficina de Cimac en Oaxaca- sobre el camino recorrido y, también, sobre el que queda por recorrer.

El suplemento es fruto del anhelo personal de Jarquín y del esfuerzo colectivo de «mis compañeras reporteras de CIMAC y de los integrantes de la Red Nacional de Periodistas que nutren estas páginas», afirma; gracias a ellos «hemos construido y consolidado un espacio para dar voz a las sin voz», señala, y añade que en cada ejemplar, «se han ido quedando pedazos de la memoria colectiva de las mujeres»,

Cuando los teléfonos, faxes o celulares eran un sueño inimaginable, los hombres utilizaban las caracolas para comunicarse entre ellos. Jarquín pensó que la mitad sin voz, las mujeres, también necesitaban sus propias caracolas para difundir su palabra; y así nació el nombre de la publicación.

«Me parece mentira que hayamos llegado hasta aquí», dice Soledad Jarquín, que aún recuerda las largas horas que tuvo que esperar ante el despacho del director de El Imparcial para presentarle la propuesta del suplemento. Aunque éste comenzó a publicarse mensualmente, su calidad y una buena acogida le sirvieron para ganar la periodicidad semanal.

En su balance de estos siete años, la periodista considera que uno de los logros de Las Caracolas ha sido dar visibilidad al trabajo de las periodistas en los medios de comunicación.

Pero la batalla por la equidad proseguirá desde las páginas del suplemento, afirma Jarquín cuando repasa la realidad de las mujeres en su estado. «Es necesario que dejemos de ser la carne electoral de los políticos», y denuncia la escasa participación política de las mujeres en la entidad.

Además, en Oaxaca la muerte materna y el cáncer cérvicouterino siguen matando a las mujeres en las comunidades rurales e indígenas, y en las ciudades aumentan los asesinatos de mujeres y los casos de violencia sexual. «Este recuento nos habla de lo mucho que hay que hacer para que la historia no se siga repitiendo», afirma Jarquín.

Dice Soledad Jarquín que el suplemento Las Caracolas seguirá reflejando la condición social de todas las mujeres -no sólo las de Oaxaca- hasta que se lo permitan, porque «la inequidad nos hace comunes y los problemas iguales». Pero cuando mira hacia delante, también le gustaría ver que otras mujeres más jóvenes tomaran el relevo para sacar adelante la publicación

Después de siete años, la periodista ante todo quiere agradecer a todas las personas que han hecho posible que desde Las Caracolas puedan ser parte de una aventura periodística con enfoque de género que nació de la mano con CIMAC.

05/ER/YT

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