La violencia intrafamiliar, que es frecuente en las familias izabalenses, tiene como resultado la desintegración de los hogares, provocando que muchas mujeres sean el sostén de sus hijos, aseguró Dania Roldán, de la oficina auxiliar de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH).
El índice de violencia intrafamiliar en este departamento es de un 80 por ciento y las mujeres son las más afectadas, al ser golpeadas física, sicológica y sexualmente, lo que lleva a que muchas se conviertan en madres y padres a la vez.
Por su parte, Lorena Manchamé, quien ha vivido en carne propia esta situación, dijo que es difícil crear a los hijos sin padre, debido a que dejan de percibir el sustento económico; sin embargo, subrayó que son capaces de salir adelante con su familia, sin ser objeto de ningún tipo de maltrato.
A decir de Roldán, la defensoría de la mujer realiza talleres en cinco municipios de Izabal, en los que se abordan los efectos que trae la violencia intrafamiliar en las parejas que tienen hijos y las consecuencias emocionales en las afectadas.
En las charlas la PDH apoya a las madres, para que aprendan a desempeñarse solas y eviten el maltrato de sus cónyuges, que generalmente son los responsables de la desintegración del hogar, concluyó Roldán.
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