La falta de acceso al servicio médico de una gran parte de la población migrante en Estados Unidos afecta sobre todo a las mujeres que presentan con más frecuencia trastornos alimenticios como la bulimia, anorexia, depresión y consumo de alcohol, afirmó el especialista Enrique Ríos Espinosa, de la Secretaría de Salud.
El 55 por ciento de las y los migrantes que se encuentran en Estados Unidos carecen de cobertura médica, por lo que es necesario reforzar los programas binacionales de atención a este grupo de la población en los lugares de destino, dijo al participar en el Congreso Internacional sobre los Derechos Humanos de las Mujeres: Acciones para su protección.
Puntualizó que además del cáncer cervicouterino y otros problemas relacionados con la salud reproductiva, las mujeres migrantes se enfrentan ahora a enfermedades como la diabetes o la hipertensión arterial, que está atacando al grupo de mujeres de más de 50 años.
Dijo que las condiciones de salud de las mujeres migrantes no ha variado mucho, pues por un lado están las que no son migrantes y se quedan, pero el esposo se va y por lo tanto ellas quedan expuestas a embarazos no deseados, Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) y violencia doméstica al regreso del marido.
Las que se van, dijo, se exponen al tráfico de personas, explotación sexual y pierden el contacto con las redes de apoyo social.
Por su parte la investigadora Gudelia Rangel, del departamento de estudios en salud pública del Colegio de la Frontera Norte presentó el estudio Mujeres Captadas en Tijuana 2004-2005, sobre factores de riesgo en migrantes mexicanos cuando están en Estados Unidos, el cual reveló que el problema de VIH/sida en los migrantes es grave dado los factores de riesgo que tienen cuando están allá.
Entre los datos del estudio destaca el apartado sobre hábitos, en el cual el 19 por ciento de las mujeres refirió consumir alcohol; el 35 por ciento fuma y el 0.4 por ciento dijo haber consumido una droga como marihuana y cocaína y de este porcentaje, el 0.1 por ciento ha compartido jeringas.
El estudio reveló que al 6.9 por ciento de las mujeres encuestadas se les diagnosticó una ETS en los últimos 6 meses y el sexo casual desprotegido continúa predominando como la práctica más riesgosa, sobre todo en los varones.
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