Mujeres latinoamericanas denunciaron hoy que además de la desigualdad de género, la pobreza y los flagelos de la discriminación y el racismo han impedido a las mujeres más vulnerables mejorar sus niveles de vida y ejercer plenamente sus derechos.
En un encendido mensaje, la ex ministra de cultura de Guatemala, Otilia Lux de Coti, criticó duramente la «invisibilidad» de las mujeres indígenas en los discursos oficiales y las políticas gubernamentales destinadas a lograr la justicia y el desarrollo social.
La indígena maya, quien se presentó ataviada con un atuendo tradicional de su etnia, participó en la mesa Pobreza, Economía y Equidad de Género, durante la IX Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe que concluye mañana en la sede de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
En tanto, la ministra por la Igualdad Racial de Brasil, Matilde Ribeiro, expuso que el machismo y el racismo son factores estructurales en las sociedades de la región que ahondan la desigualdad.
Advirtió que existe una política de «emblanquecimiento» de la población a través de las estrategias poblacionales y de migración.
Explicó, que casi 50 por ciento de la población brasileña es negra, y que debido al racismo prevaleciente las mujeres negras son las más discriminadas y se les impide que ejerzan su ciudadanía.
En su turno, Mayra Buvinic, jefa de la División de Programas Sociales del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), sostuvo que en la región latinoamericana se ha avanzado muy poco en la reducción de la pobreza: «Estamos muy lejos de cumplir con la meta del milenio de reducir la pobreza para el 2015; como vamos jamás la vamos a alcanzar».
Otilia Lux de Coti relató sus experiencias como ministra de Cultura en Guatemala. Detalló las ofensas y discriminaciones de las que fue víctima por el hecho de ser mujer indígena. Sin embargo, dijo que supo enfrentar los ataques de una sociedad «racista y machista», y demostrar que las mujeres «podemos hacer muchísimo por la transparencia en el ejercicio de gobierno». Subrayó que las mujeres indígenas en América Latina son las más excluidas de la sociedad, las que más padecen la pobreza extrema, la violencia y la ignorancia, entre otras calamidades.
Al informe de la CEPAL sobre la situación de las mujeres en la región, a 10 años de la Conferencia Mundial de Pekín, la también integrante del Foro Permanente sobre Cuestiones Indígenas de Naciones Unidas advirtió que además de feminización de la pobreza se padece una «indigenizacion» de ese flagelo.
Indicó que es «alarmante» la situación que sufren las indígenas debido al trafico sexual. Observó que unos de los grandes pendientes en la región es la construcción de una democracia que garantice la equidad de género y la participación activa de las mujeres indígenas en los cargos de poder.
Demando a la CEPAL que enfrente con firmeza los desafíos para atender las necesidades de las mujeres indígenas. Exigió que en sus evaluaciones sobre la situación de la población femenina se desagreguen los datos de acuerdo a la etnia de las mujeres.
La ministra brasileña Matilde Ribeiro propuso que se aplique en las políticas públicas, de manera transversal, un enfoque de género y raza, en beneficio de las mujeres.
De su lado, Mayra Buvinic dijo que la diferencia de género combinada con las desigualdades de etnia y raza, da como resultado mayores índices de pobreza, estigmatización y exclusión social de los grupos históricamente más marginados.
Señaló como uno de lo grandes retos colocar el tema de la exclusión en los análisis estadísticos. Añadió que la mejoría en salud reproductiva es uno de los indicadores que aún falta de cumplirse para lograr las metas del milenio. Puso como ejemplo el caso del sida en Brasil, que ha disminuido entre los varones, mientras que se registra un incremento en las mujeres.
La funcionaria del BID resaltó el programa mexicano Oportunidades como un mecanismos social que ha contribuido a que más niñas pobres puedan acceder a la educación primaria y secundaria.
La moderadora de la mesa, la secretaria de Desarrollo Social de México, Josefina Vázquez Mota, reconoció que los mecanismos de evaluación de la pobreza invisibilizan la situación de las mujeres, y apuntó que el gobierno federal no está actuando con la velocidad necesaria para modificar las instituciones y las legislaciones para garantizar los derechos de las mujeres en lo que se refiere a guarderías y protección médica para sus hijos.
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