El Equipo Argentino de Antropología Forense, dependiente de la Cámara Federal de aquel país, anunció que uno de los cadáveres hallados a fines de los años 70 en un cementerio de Buenos Aires corresponde a Leonnie Duquet, religiosa francesa perteneciente a la congregación Hermanas de las Misiones Extranjeras que vivió en Argentina desde 1967 y fue secuestrada y desaparecida por la dictadura militar.
En el mismo sitio se halló el cuerpo de la fundadora de la congregación. De esto ya se sospechaba cuando se identificaron los cuerpos de Azucena Villaflor, fundadora de las Madres de Plaza de Mayo, y de otras dos madres, de acuerdo con la agencia Red Informativa de Mujeres de Argentina (RIMA).
El Equipo de Antropología Forense de la Cámara Federal informó hoy que uno de los cadáveres encontrados en el cementerio de la localidad bonaerense de General Lavalle era el de Leonnie Duquet, una de las monjas francesas asesinadas durante la dictadura.
Hoy mismo se hará el anuncio oficial en la Sala de Acuerdos de la Sala I del Tribunal, en el segundo piso de los tribunales federales.
Ahora queda por saber a quién pertenecen los tres cuerpos que no han sido identificados. Crecen las posibilidades de que uno de ellos sea el de Alice Domon, otra religiosa asesinada. Los cuerpos, siete en total, fueron hallados a fines de 1970 sobre la costa entre Santa Teresita y Mar del Tuyú, y enterrados en el cementerio de General Lavalle.
Años después, el Equipo Argentino de Antropología Forense inició trabajos ante la posibilidad de que se tratara de desaparecidos. Posteriormente se confirmó que habían sido identificados los cuerpos de tres integrantes de la agrupación Madres de Plaza de Mayo, entre ellas su fundadora, Azucena Villaflor.
Dos monjas, Alice Domon y Leonnie Duquet, fueron secuestradas en la iglesia de Santa Cruz en diciembre de 1977, en un operativo en el cual tuvo un rol papel fundamental el represor Alfredo Astiz, y fueron enviadas a la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA).
Por la desaparición y muerte de estas dos monjas, un tribunal de París juzgó en ausencia al ex capitán de fragata Alfredo Astiz, en 1990, y lo condenó a prisión perpetua, pero el marino ahora cumple prisión preventiva en Argentina por aquéllos y otros crímenes.
En Argentina, Astiz fue procesado por el caso de las monjas francesas en mayo del año pasado, en una causa que lleva adelante el juez federal Sergio Torres.
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