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Estadísticas españolas necesitan un punto de vista de género

Por la Redacción
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Las alumnas de la XIII edición del Máster de Género y Desarrollo de la Universidad Complutense de Madrid han iniciado una acción feminista dirigida al Instituto Nacional de Estadística (INE).
 
Las estudiantes escriben esta carta por la preocupación que les genera la actual Encuesta de Población Activa. En el escrito le exigen varias propuestas para que en las estadísticas se tenga en cuenta un punto de vista de género.
 
El primer punto se basa en el uso del lenguaje sexista en las encuestas. Este tipo de vocabulario incumple lo establecido en el punto 11 del Artículo 14 de la LO 3/2007: “La implantación de un lenguaje no sexista en el ámbito administrativo y su fomento en la totalidad de las relaciones sociales, culturales y artísticas”
 
Para poder adecuar las estadísticas y que así se garantice la integración, las alumnas piden que se incluya una variable de sexo en dichos estudios. Así como establecer, en las operaciones estadísticas, nuevos indicadores que posibiliten un mejor conocimiento de las diferencias de roles o situaciones.
 
También exigen que se realicen muestras lo suficientemente amplias como para que las diversas variables incluidas puedan ser explotadas y analizadas en función del sexo.
 
Por otro lado, en esta carta reclaman que se revisen las definiciones estadísticas para que así en los datos se puedan conocer los diferentes ámbitos de intervención.
 
Este escrito se apoya en la definición del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, de la “Doble jornada”: “condición a la que se ven sometidas las mujeres que desempeñan un trabajo remunerado en horario laboral y que además deben desarrollar todas las tareas que implica el trabajo reproductivo que no es compartido por sus compañeros”, para poder demandar que se tenga en cuenta la denominación de “suelo pegajoso”. Este se define como las fuerzas que mantienen a tantas mujeres atrapadas en la base de la pirámide económica.
 
En esta línea señalan que “existe una necesidad imperiosa de visibilizar y reconocer socialmente los trabajos de los cuidados y del ámbito doméstico que suponen un elemento clave y necesario para el resto de trabajos considerados como productivos.”
 
Resaltan que en el Informe Salud y Género 2006 del Ministerio de Sanidad y Consumo, se constata que la incorporación de la mujer al mercado laboral no ha supuesto para ellas un alivio de las tareas domésticas, con lo que se enfrentan a jornadas dobles o triples. Esta sobrecarga de trabajo, junto a la falta de tiempo libre provoca una pérdida en la salud de las mujeres, sobre todo en las clases sociales más bajas.
 
Según la Encuesta de Calidad de Vida en el Trabajo del 2010, las mujeres figuran como las principales en proporcionar cuidado y atención a hijas e hijos menores de 14 años fuera de su horario laboral, lo cual representa una doble o hasta triple jornada para la población femenina en España. Son ellas también quienes continúan al frente del cuidado de la familia mientras sus parejas trabajan fuera del hogar.
 
Según los datos de la Encuesta de Empleo del Tiempo del Instituto Nacional de Estadística (INE) 2009-2010, el peso de las actividades relacionadas con el hogar y la familia siguen recayendo mayoritariamente sobre las mujeres.
 
Mientras que el 91.9 por ciento de las mujeres (de 10 y más años) dedican en promedio cuatro horas y 29 minutos diarios a las actividades relacionadas con el cuidado de los demás, solo se dedican a ese tipo de cuidados el 74.7 por ciento de los hombres, y su dedicación se limita a dos horas y media. Es superior la dedicación media diaria de las mujeres en todos los tipos de hogar, pero especialmente, en el caso de hogar formado por pareja con hijas e hijos, en que la dedicación diaria de la mujer duplica la dedicación del hombre.
 
El trabajo femenino se caracteriza por la segregación ocupacional, la división del trabajo por género, la falta de un incremento significativo en las prestaciones, la existencia de salarios en promedio menores a los que perciben los varones – aún en puestos de igual jerarquía – la alta frecuencia de informalidad en el empleo, el condicionamiento de los tiempos del ciclo reproductivo, la desvalorización social de la fuerza de trabajo femenina, la aplicación contradictoria de la ley, la imposición de consideraciones patriarcales y obstáculos sociales para escalar puestos, la subocupación frecuente y la doble jornada de trabajo.
 
CLASIFICACIÓN ALTERNATIVA
 
Por ello proponen la clasificación alternativa de la EPA de la doctora en economía Mª Jesús Izquierdo. Esta clasificación es una propuesta en que se recogen, no tanto las condiciones de producción de la riqueza, sino sus condiciones de distribución, por lo tanto no se considera el producto, sino la renta, el reparto.
 
Como conclusión en dicho documento se proponen tres grandes objetivos. El primero de ellos es reclamar que se utilice en las estadísticas un lenguaje no sexista. El segundo de ellos es que se elaboren dichos análisis de acuerdo con lo establecido en Artículo 20 de la Ley LO3/2007. Y por último que se tenga en cuenta la clasificación alternativa de Mª Jesús Izquierdo, en concreto, la introducción de la categoría “personas potencialmente activas”.
 
17/RED/GGQ

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