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Cuando se viola a una mujer, se viola el honor de la comunidad

Por Miriam González

La violación sistemática es un arma de guerra, como lo es un misil, una bala y cuando se viola a una mujer no sólo se esta violando un cuerpo femenino, sino el honor de una familia, de un grupo, de una comunidad, manifestó Erika Cervantes, feminista integrante de la Red Nacional de Periodistas.

Durante su participación en el programa de radio «Público y Privado», primera producción radiofónica de la Agencia de Comunicación e Información de la Mujer, AC (CIMAC), conducido por Lucía Lagunes los lunes de 9 a 10 de la mañana por el 660 de AM, Cervantes destacó que la brutalidad policíaca y la agresión a personas que caen en manos de la policía no es nueva.

Existen denuncias de personas que han estado sometidas a esta violencia y a estos abusos de manera sistemática desde hace mucho tiempo y no habían tenido voz en los medios de comunicación, hoy esto significa un cambio importante.

Recordó que la violación de mujeres en la guerra, es un fenómeno simbólico importante a lo largo de toda la historia de la humanidad y fue hasta 1996, cuando la violación hacia las mujeres se reconoce como un crimen de Lesa Humanidad.

La construcción de lo femenino, el cuerpo sexuado, es un cuerpo que no tiene más voluntad y razón de ser, que servir para el placer de otros. La violación ha sido un instrumento casi «natural» de lo que es la conquista, el sometimiento de un pueblo, de una nación, aseguro Hortensia Moreno, Coordinadora de Género y Semiótica del Programa Universitario de Estudios de Género (PUEG) en la UNAM.

En Atenco, el botín fueron todos los cuerpos, porque si bien las mujeres fueron abusadas sexualmente, todos fueron golpeados o maltratados de alguna manera, la pregunta sería, porqué cuando el estado detiene a alguien se apropia de ese cuerpo y lo puede maltratar, y porqué cuando detienen a una mujer además de maltratarla abusan sexualmente de ella, esto no tendría porque suceder. Es decir la brutalidad no esta justificada en ningún momento.

En las situaciones de violencia extrema, el cuerpo del hombre también ha sido y es un botín de guerra. Un proceso simbólico de apropiación, donde al hombre se le despoja de su condición de sujeto, y además es agredido en lo que simbólicamente representa un valor importante para la humanidad.

Lo importante hoy, es que el tema esta presente en los medios de comunicación y esta generando indignación entre el televidente, lector o radioescucha, es decir, estamos empezando a preguntarnos hasta dónde vamos a tolerar, cuál es el límite entre brutalidad e intervención de la fuerza pública, agregó Rodrigo Parrini Roses, coordinador del seminario «Subjetivación, corporalidad y producción cultural’ del PUEG de la UNAM.

Es decir, cualquier violación es grave, pero cuando proviene del Estado se duplica, porque al Estado le corresponde garantizar los derechos humanos, sus agentes son los responsables de garantizar estos derechos y lo que hoy esta ocurriendo, respecto a la situación en Atenco, es un «crimen» que lesa a toda la humanidad.

06/MG/LR

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