Los asesinatos de mujeres en Guatemala son «un problema cultural y judicial» por lo que es necesario y urgente ejecutar campañas masivas de sensibilización, así como reformar la legislación vigente, para que los criminales reciban penas altas, dijo la experta en la investigación del feminicidio en Ciudad Juárez, México, Esther Chávez.
Chávez, quien se encuentra de visita en el país, participó en el Foro El Feminicidio en Guatemala: Las víctimas de una realidad oculta, en donde manifestó que este flagelo no es más que el asesinato de mujeres agravado por características y evidencias de comportamientos misóginos que se manifiestan en tortura, mutilación, violencia sexual y finalmente, el asesinato.
En Ciudad Juárez, México, en un periodo de 10 años se han reportado 300 mujeres asesinadas y otras que aún están desaparecidas, pero en Guatemala las cifras son alarmantes, ya que del 2001 a la fecha unas 681 mujeres han sido brutalmente asesinadas, muchas de las cuales no han sido identificadas y otro porcentaje continúa desaparecida, por lo que, son víctimas de un «holocausto múltiple», señaló Chávez.
Según antecedentes de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH), en Guatemala la muerte violenta es un flagelo que se ha agudizado en los últimos años, como consecuencia de los altos niveles de inseguridad y la proliferación del crimen organizado.
Datos del Instituto Nacional de Estadística, desatacan que los homicidios de mujeres reflejaban en los últimos años una tendencia relativamente estable o incluso baja, sin embargo entre el 2002 y el 2003, la Policía Nacional Civil, reportó que se incrementaron de 163 a 383 mujeres víctimas de homicidio, 220 casos más, es decir, un aumento del 135 por ciento entre los dos años.
Otras cifras, como el Monitoreo de Cerigua, revelan que en el primer semestre del año, 215 mujeres han muerto de forma violenta.
La activista mexicana, dijo estar aterrada por la situación del feminicidio en Guatemala y por la indiferencia gubernamental que no hace más que responsabilizar a la violencia, al crimen organizado, al narcotráfico y a las pandillas. «Aunque es posible que todos estos factores estén tras estas muertes», es necesario que el Estado investigue y ataque las causas estructurales de este flagelo que apunta al «exterminio misógino de las mujeres», puntualizó la activista mexicana.
2004/GV/
