El avance político y el poderío económico de los grupos conservadores y fanáticos podrían causar retrocesos en materia de salud sexual y reproductiva de las mujeres, alertó hoy Carmen Barroso, directora de la Federación Internacional de Planificación de la Familia (IPPF), para América Latina y el Caribe.
En el primer día de actividades de la Tercera Conferencia Nacional Sobre Maternidad sin Riesgos en México, Barroso dijo que esos grupos están mas organizados que nunca y están movilizando sus recursos para preservar el poder.
Dijo que América Latina y el Caribe carece de mecanismos para proteger los derechos sexuales y reproductivos femeninos frente a abusos como el despido por embarazo, abusos sexuales y otras violaciones a los derechos sexuales y reproductivos que quedan en la impunidad.
Planteó también obstáculos financieros y legales que aseguren las políticas de planificación familiar. Durante su intervención planteó que la educación sexual se ha convertido en un campo de batalla en el que la derecha ataca y pretende imponer la educación de la abstinencia, a la que ella calificó la educación de la ignorancia, por encima de los derechos de la población.
Dijo que estos grupos pasan por alto problemáticas como el hecho de que cada año en América Latina y el Caribe, mueran 20 mil mujeres por complicaciones con el embarazo o que se registren cuatro millones de abortos y muchas muertes por interrupciones del embarazo en condiciones inseguras.
Dijo que los sectores conservadores pretenden ser portavoces de toda la comunidad católica y promover la educación de la abstinencia en perjuicio de programas educativos integrales.
Barroso sostuvo que estos programas constituyen un retroceso en el uso de anticonceptivos, favorecen el matrimonio precoz y por consecuencia el divorcio, incrementando no sólo la ignorancia sino la inestabilidad familiar.
Se trata de grupos que apoyan acciones bélicas incluso la pena de muerte, que están creciendo en forma alarmante como se ve en Estados Unidos, donde el 86 por ciento de las escuelas públicas promueven la educación de la abstinencia, además de que ningún programa federal norteamericano apoya la educación sexual.
Varios estudios realizados en Latinoamérica han documentado las diferentes posiciones de la población católica respecto a estos temas como en el caso mexicano, donde una investigación del Population Council indicó que el 69 por ciento de los entrevistados declaró estar de acuerdo con el aborto por algunas causas.
En su intervención comentó que los grupos conservadores han atacado a las organizaciones civiles debido a los fondos que obtienen de multilaterales y otras organizaciones, sin embargo aseguró, no son mayores a los donados para las causas religiosas.
Sin embargo dijo que a pesar del poderío económico de los programas fundamentalistas, tienen debilidades que se deben aprovechar para avanzar en los desafíos que plantean los derechos sexuales y reproductivos.
Aseguró que estos van en contra de la historia, desestiman la tecnología anticonceptiva, así como el acceso pleno de las mujeres a todas las actividades económicas, políticas y sociales.
Aseguró que los programas «fundamentalistas» no benefician a las personas, por el contrario, les niegan el acceso a los servicios básicos de salud, y además solo favorecen a una pequeña minoría.
Insistió en que la muerte materna es un asunto de derechos humanos, de injusticia social y de violación a los derechos sexuales y reproductivos, por lo que se pronunció por sistemas de salud que eviten estas muertes, que son intolerables, y reafirmen los derechos sexuales y reproductivos ante la grave amenaza que representa el conservadurismo.
2003/SM/MEL
| |
disponible para periodistas y medios de comunicación impresos y electrónicos por favor citen la fuente El servicio informativo se realiza gracias al apoyo |
