«En los procesos electorales las propuestas de los partidos políticos deben incluir nuestros intereses de género, orientados al cambio de las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres, de lo masculino sobre lo femenino», sostuvo Gloria Guzmán, directora de la organización feminista salvadoreña Las Dignas.
En un comunicado la activista, señaló que la vida política de El Salvador ha girado en torno a eventos electorales y ahora estamos en el umbral de las presidenciales; en tal contexto –continúa Gloria Guzmán–, nuestro elemento de reflexión son los programas, el discurso y la práctica política de los partidos que compiten para la presidencia de cara a superar la discriminación de género.
Es indiscutible la preocupación en algunos partidos por retomar elementos con los que se sientan identificadas las mujeres de diversos sectores.
Este «avance» es resultado de los esfuerzos que las feministas han puesto en la discusión pública y que no puede despreciarse: se trata del 50% de la población votante, analiza Gloria Guzmán.
«Los programas de partidos de izquierda y centro izquierda se acercan a varias de nuestras reivindicaciones sin embargo, la oferta dista mucho de los aspectos fundamentales que garantizarían un cambio en las condiciones de las mujeres».
La directora de Las Dignas abundó ñeque «las propuestas de los partidos de derecha también han retomado en su discurso las ofertas a las mujeres. No obstante, su contenido no confirma el enfoque de las mujeres como ‘ciudadanas´».
Uno de los aspectos novedosos es la inclusión de mujeres como candidatas a la vicepresidencia. Hasta el momento, quienes están propuestas no cuentan con el mínimo nivel de visión política del feminismo pero no deja de ser fundamental para la deuda histórica cuantitativa con las mujeres.
Por otro lado, el desarrollo de las campañas ha superado la de años anteriores. Un rasgo dominante ha sido la polarización partidaria. Pese a la creencia de que el conflicto armado y los Acuerdos de Paz no tienen influencia en la cultura cotidiana, la campaña de la derecha se ha fundamentado en la cultura del miedo.
El terror que se ha sembrado en la ciudadanía, viola cualquier marco ético de derechos humanos y potencia la añoranza de la cultura autoritaria del Estado ocurrida en el pasado.
Para las organizaciones que nos preciamos en la defensa de la vida, la justicia y la eliminación de las exclusiones, no puede ser ajena la forma en que se quiere gobernar este país: se trata de lo que deciden y la forma en cómo deciden sobre nuestras vidas, nuestros cuerpos, sobre nuestras posibilidades, concluye la feminista Gloria Guzmán.
04/BJ/SM