Las niñas, los niños y adolescentes que presencian un acto violento y armado en el hogar, doblan la probabilidad de que en los dos años siguientes lleven a cabo algún hecho violento, señala un estudio elaborado por la Escuela de Medicina de la Universidad de Michigan, se conoció aquí.
De acuerdo con la investigación, publicada en el sitio electrónico www.desarme.org, los resultados son un aporte a la creación de políticas públicas de desarme a nivel mundial y un aliciente para las y los activistas que luchan a favor del derecho de la ciudadanía a vivir libre de violencia.
Felton Earls, profesor de la citada casa de estudios superiores, calificó los resultados como «una enfermedad infecciosa», ya que la violencia armada va en aumento a nivel mundial y diariamente es presenciada por la niñez y la adolescencia.
La investigación fue realizada durante cinco años, en el marco del Proyecto sobre Desarrollo Humano, que impulsa la Universidad de Michigan y que tiene como principal objetivo estudiar los comportamientos de la adolescencia y la juventud en las pandillas, añade la información.
El documento revela una amplia gama de factores que causan la propagación de violencia en la personalidad de niños, niñas y adolescentes, entre las que se encuentran la pobreza, el consumo de drogas y el pertenecer a familiar monoparentales.
Es indispensable que los Estados implementen estrategias de protección hacia la población infantil, ya que si continúan presenciando actos violentos, «la infección» se propagará y ocasionará problemas de seguridad ciudadana que serán difíciles de combatir, concluyó Earls.
2005/GM