Alrededor de 22 mil niñas y niños mueren cada año en el mundo como consecuencia del trabajo infantil, según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Al hablar del trabajo infantil en el marco de la Feria del Libro en el Palacio de Minería, la consultora nacional de la OIT en México, Yuriria Alvarez Madrid, explicó que de 211 millones de infantes que trabajan en el mundo, 186 millones lo hacen en las peores formas de trabajo, y 73 millones tienen menos de 10 años.
Las y los niños son empleados en minas, ladrilleras, campos agrícolas, servicios domésticos y fábricas; algunos son vendidos y otros más son explotados sexualmente, denigrando su valor, sus derechos humanos y su salud, indicó la consultora de la OIT.
Aunque Alvarez Madrid explicó que en nuestro país aún no existe una cifra «oficial» sobre el número de menores que trabajan, otras instancias como la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) calculan que son alrededor de 20 mil lo que trabajan en el Distrito Federal.
La especialista indicó que a pesar de que durante los dos últimos años este organismo ha establecido en la mayoría de los países las edades mínimas para trabajar, México no ha ratificado el Convenio 138 de la OIT (donde se establece una edad mínima de 14 años y 18 en trabajos peligrosos).
EXPLOTACIÓN SEXUAL INFANTIL
Alvarez Madrid negó que la explotación sexual infantil sea considerada por la OIT como una forma de trabajo; al contrario, indicó que es catalogada como una forma de esclavitud.
La especialista indicó que se estima que en México existen 16 mil menores explotados sexualmente, por lo que la OIT, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), la Procuraduría General de la República (PGR) y el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) trabajan de manera conjunta en un proyecto de atención a niñas y niños víctimas de la explotación sexual infantil a través del Programa Internacional para la Eliminación del Trabajo Infantil (IPEC).
Explicó que de esa forma pretenden promover la erradicación progresiva del trabajo infantil y rehabilitar alrededor de 300 menores que han sido víctimas de la explotación sexual, así como generar oportunidades de empleo para las familias por lo que ofrecerán cursos de capacitación a los padres y fortalecerán las redes comunitarias.
Aunque estos esfuerzos están orientados a los 32 estados de la República, es prioritario trabajar en Guerrero, Baja California y Jalisco.
Según datos de Unicef, cada año alrededor de un millón de infantes en el mundo son víctimas de explotación sexual comercial.
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