La revisión de los avances logrados en los 10 años transcurridos desde la Cumbre Mundial en favor de la Infancia, ha permitido conocer que el progreso es desigual y el balance es una mezcla de triunfos encomiables y de fracasos desalentadores, destacó el representante para México del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), Bernt Aasen.
Hoy en el Museo Tecnológico de la Comisión Federal de Electricidad se dio a conocer el Estado Mundial de la Infancia 2002, que reporta los avances en favor de la supervivencia, el desarrollo y la protección de la niñez en el transcurso de los últimos 10 años.
El representante de UNICEF enfatizó que este organismo está decidido a llamar la atención sobre la empresa inconclusa de la Cumbre Mundial. «Cada uno tiene derecho a la salud, educación y protección», advirtió.
Dijo que los dirigentes mundiales deben garantizar que la infancia, sin excepciones, pueda comenzar sus vidas a salvo de la violencia y el abuso, a recibir una nutrición suficiente, y acceder a la salud.
Dio a conocer que en las metas relacionadas a la salud de las mujeres –mortalidad materna y la de brindar a todas las embarazadas atención prenatal–, no se han logrado avances. Asimismo, el VIH/Sida está frustrando los esfuerzos de los países de todo el mundo por dar prioridad al desarrollo humano y a los derechos de los niños y las mujeres, especialmente en Africa.
Señaló que las niñas que van a la escuela no sólo cuentan con mejores oportunidades y más posibilidades en la vida, sino que aumentan las de sus futuros hijos y familias, así como de las sociedades en que viven. «Se ha demostrado que la educación de las niñas reduce la mortalidad infantil, mejora la nutrición y la salud de los niños y mujeres».
Indicó que en México hay avances, pero que aún hay zonas geográficas del país que no han tenido la oportunidad de beneficiarse del progreso. Fundamentalmente las zonas rurales o municipios donde predomina la población indígena.
En tanto, la primera dama, Marta Sahagún, señaló que el presidente Vicente Fox ha dejado claro que para su gobierno los derechos humanos, en particular de las niñas y niños, son parte fundamental de su «filosofía humanista y del trabajo de su gobierno».
Afirmó que la falta de educación, de salud y la desnutrición infantil son frenos fundamentales para el desarrollo integral de las personas. «La pobreza encuentra en estas carencias algunas de sus más profundas raíces, las cuales son las más de las veces irreversibles».
Las cifras, agregó, son contundentes y resultan abrumadoras cuando se piensa en las niñas y niños, con nombre e historia propias, que en estos momentos mueren por hambre, desnutrición, guerra o por falta de atención médica.
Así, en el mundo mil 100 millones de personas carecen de agua potable, dos mil 400 millones no tienen instalaciones sanitarias adecuadas, y más de 100 millones de niñas y niños en el mundo no van a la escuela, y muchos más reciben una educación de mala calidad.
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