Los catálogos de juguetes ofrecen computadoras, juegos de química y de guerra para niños, en sus páginas azules, mientras que en las rosas, las niñas hallan objetos para reforzar su papel de madres, trabajadoras domésticas o su coquetería: eso es sexismo en los regalos navideños.
Bajo esa lente, tres organizaciones civiles francesas llevan a cabo en París la «Campaña contra los juguetes sexistas», mediante debates y festivales –el más reciente ayer domingo en la plaza de Chatelet– y la distribución de catálogos antisexistas en las jugueterías.
«El gen del quehacer doméstico no existe», anuncian los folletos distribuidos por el Colectivo contra el Publisexismo, el Movimiento Mixto por la Igualdad de los Sexos y el grupo Las Macetas de Ciencias se Rebelan.
«Actualmente, 80 por ciento de las tareas domésticas son realizadas por las mujeres y dos millones de francesas son agredidas por su cónyuge», indicaron al presentarse en la primera televisora alternativa Zalea.
De manera «inocente», mediante el juego se condiciona a los niños a ser dominantes y a las niñas a ser dominadas desde la más tierna infancia.
Sin una reflexión sobre los regalos navideños estereotipados o una búsqueda de papeles menos rígidos para los dos sexos, advirtieron, seguirá a la alza el número de niñas anoréxicas o de niños en busca de la superhombría.
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