Aunque la presencia femenina ha crecido de forma notable en la última década, este seis de julio en la ciudad de México, hasta el mediodía el voto de las capitalinas era poco claro.
Rosario Robles, presidenta del Partido de la Revolución Democrática (PRD) lo dijo esta mañana: «yo creo que hay que hacer un análisis muy autocrítico del abstencionismo».
Ella atribuye esta ausencia a que se trata de una elección intermedia, y responsabilizó a los «que han sumido a la política en el escándalo, por el Pemexgate, Amigos de Fox» y generado frivolidad en la política».
Con la instalación de 11 mil 661casillas, seis millones 712 mil 664 capitalinos, 52 por ciento conformado por mujeres, inició la jornada electoral de este 6 de julio, donde solamente en esta ciudad se eligen 40 diputaciones por el principio de mayoría relativa, 26 de representación proporcional y 16 delegados.
En la delegación Tláhuac, la percepción de las mujeres respecto a su derecho al voto es opuesta. Mientras para unas ni la misa de las ocho de la mañana ni los quehaceres domésticos les impidieron hacer uso pleno de este derecho, a otras no les interesa el proceso electoral porque no se sienten representadas por ninguno de los 11 partidos políticos del país.
A la salida de la casilla 675 del distrito 24, instalada en el deportivo Banrural al sur de la ciudad, Isabel Fernández, de 59 años, confiada en que los partidos políticos dejarán de pelear y unirán sus voluntades por un México mejor, votó con la esperanza de que las y los contendientes apoyar a las mexicanas, «víctimas de la ignorancia por la falta de educación».
Luz María Orozco ,quien dijo tener como profesión «la escoba», pidió a los políticos y políticas trabajar a favor de las mujeres pobres quienes no tienen una oportunidad en el empleo.
Ambas amigas pidieron «un milagro» para que los legisladores se pongan a trabajar y cumplan su misión social. Igualmente se pronunciaron por que se les rebaje el sueldo «porque es mucho lo que ganan para lo poco que hacen».
También acudieron a sufragar las jóvenes cuya preocupación central es el desempleo, tal como lo indico Mariana González, de 21 años de edad, quien se quejó de que al terminar de estudiar las empresas les piden al menos un años de experiencia negándoles el trabajo.
En la casilla 648, otra joven de nombre Raquel Martínez externo su preocupación por los embarazos no deseados y por la propagación del Síndrome de la Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA).
En esa delegación, desde las ocho de la mañana hasta el medio día las casillas se encontraban casi vacías, situación similar en las visitadas en las clasemedieras colonias Jardín Balbuena y Mixiuca, de las delegaciones Venustiano Carranza, así como en las populares Portales, de Benito Juárez, y Doctores, en la Cuauhtémoc, a pesar de las esperanzas de quienes impulsan el voto.
Ejercer su derecho como ciudadanas para que su voz se oiga y sean tomadas en cuenta en las decisiones políticas, fueron las principales razones por las que las mujeres acudieron este día a votar.
En la casilla 3640, Juana Ortiz Juárez, de 57 años de edad, se dice consciente de que el voto femenino es un derecho ganado tras muchos años de lucha: «yo no puedo darme el lujo de no votar porque es mi derecho, soy ciudadana y no estoy dispuesta a renunciar a ello», dijo a cimacnoticias.
En la casilla ubicada en Tokio, colonia Portales, la señora Mendoza, de 61 años, votó temprano, antes de cocinar para el nonagésimo aniversario de su madre. «Toda mi vida he votado, desde los 21 años», cuando fueron las segundas elecciones con voto femenino en México. Su hija, artista visual de 30 años, votará «porque odio al Partido Acción Nacional (PAN) y no voy a regalarles mi voto».
Un grupo de seis mujeres de distintas generaciones y origen campesino afirman también que votarán en su ciudad Chilpancingo, Guerrero, a donde están a punto de partir desde la Central Camionera del Sur. ¿La razón? Se hace silencio pero una de ellas, veinteañera, responde con seriedad «Es un deber».
UNA RELIGIOSA DECEPCIONADA
No hubo cámara para registrar el llanto contenido de la monja con su intención frustrada para votar en la casilla especial de la Central Camionera del Sur.
Como otras 60 monjas de la orden de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paula, sor Matilda –no es su nombre real– salió del taller que toman en la colonia Del Carmen en Coyoacán para ejercer su derecho ciudadano. Pero esa casilla especial solamente permite sufragar a los habitantes en tránsito de la cuarta circunscripción en el centro del país: Distrito Federal, Hidalgo, Morelos, Puebla y Tlaxcala.
Por ello, la religiosa de 28 años oriunda de Mérida, Yucatán, y otras dos de Chiapas, en el sureste, que llegaron en un grupo de seis religiosas a votar, perdieron su oportunidad. Y su hermana de religión aseguró también que sentían «una gran pena porque iban a perder el voto. Venimos para acá, pero que se les va a hacer.»
¿CUÁLES ELECCIONES?
En la Central Camionera del Sur, todo es movimiento: algunos no votarán y no lo lamentan, como David Mariscal, estudiante de la normal superior en Durango. Tampoco Fernanda Anzani, estudiante de origen suizo-mexicano y su compañero Arturo Ortiz quienes olvidaron que hay elecciones y se defendieron sobre el abstencionismo de la juventud, al decir que no «están atrás de los periódicos» y desconocen la oferta partidaria.
De acuerdo con la consejera del Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF)), Rosa María Mirón Lince, 200 mil jóvenes, entre 18 y 19 años, votarán por primera vez en el Distrito Federal. Y serán cuatro millones en todo el país de acuerdo con el IFE.
No son los únicos, también una secretaria de 44 años que optó por no dar su nombre expresó: «ni me acordaba» antes de partir hacia Iguala a ver a su madre. Y es igual con otras personas encuestadas en ruta a vacacionar en Acapulco que «le sacan la vuelta» a acudir a la casilla especial para viajeros.
Ninguna persona encuestada, mujer u hombre, opinó directamente no creer en el proceso electoral o en los partidos.
2003/MR/RGR
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