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Persisten condiciones inhumanas para mujeres reclusas

Por la Redacción

A la fecha, las nueve mil 611 mujeres presas en el territorio nacional carecen de espacios femeninos de reclusión, de posibilidades de educación o trabajo, o de servicios de salud para ellas y sus hijos.

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) impulsará durante 2005 que los centros penitenciarios del país cuenten con áreas específicas para internamiento de mujeres y dispongan éstas de servicios que respeten verdaderamente sus derechos humanos.

Actualmente, asegura la CNDH en un comunicado se ven desfavorecidas por un trato desigual en relación con los varones lo cual representa una manifestación más de discriminación.

Ante la imposibilidad y las limitaciones que tienen las mujeres en reclusión para realizar actividades productiva y remuneradas, la CNDH solicitará a las autoridades federales y estatales se les ofrezcan servicios de capacitación en algunas actividades laborales, que les ayuden a ser autosuficientes cuando obtengan su libertad.

Las mujeres internas permanecen ociosas y sin posibilidades de realizar alguna ocupación durante la mayor parte del día, en ocasiones en condiciones de aislamiento prolongado, sin recibir tratamiento alguno que favorezca el objetivo de lograr la readaptación social previsto en nuestra Carta Magna.

Tampoco pueden participar en actividades escolares que amplíen sus posibilidades de desarrollo personal con el fin de hacer efectivo el derecho a la readaptación social consagrado en el segundo párrafo del artículo 18 de la Constitución.

Visitadores de la CNDH han constatado que en la mayor parte de los centros de reclusión del país, las mujeres enfrentan prácticas indebidas y contrarias a sus derechos humanos y a los de sus hijos.

En todo el país hay trece centros de reclusión para mujeres, por lo que en la mayoría de los casos, las mujeres en reclusión –sea preventiva o de sentenciadas— permanecen en anexos improvisados de los reclusorios varoniles, compartiendo con ellos no solamente los patios y aulas, sino también los sanitarios.

Lo anterior es contrario a la exigencia constitucional de que las mujeres compurguen sus penas en lugares separados de los destinados a los hombres.

La CNDH considera que la condición femenina requiere la especialidad de un servicio médico adecuado, fármacos suficientes para enfrentar y prevenir las enfermedades más comunes, así como servicios de orientación e información para prevenir enfermedades propias de la mujer y sus cuidados.

También se promoverá que se brinde atención a los hijos que mujeres en reclusión que viven con ellas, ya que en la mayoría de los centros de reclusión existe una absoluta desconsideración a las necesidades psicopedagógicas de esos niños, en detrimento de su salud y desarrollo.

2004/MR

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