La salida de Mariclaire Acosta Urquidi como subsecretaria de Derechos Humanos de la cancillería es un retroceso grave desde el punto de vista de los derechos humanos como política de gobierno, dijo hoy a Cimacnoticias Clara Jusidman, consultora en Desarrollo Social.
La ex funcionaria del gobierno del Distrito Federal calificó como un hecho lamentable y triste la destitución de Acosta Urquidi porque dijo, es una persona comprometida con los derechos humanos y representante de la sociedad civil activa con una amplia trayectoria.
Jusidman destacó los avances que se lograron durante el paso de Acosta por la subsecretaría, como el hecho de aceptar el escrutinio de relatores de Naciones Unidas sobre los derechos humanos.
Mariclaire Acosta logró remover algunas recomendaciones que se hacían a México en distintos ámbitos de los derechos humanos y gracias a ella el gobierno se comprometió a respetarlos así como a quitar reservas que el país tenía para algunos de ellos.
Negó que haya habido competencia o duplicidad con Patricia Olamendi, titular de la subsecretaría de Asuntos Globales de la cancillería y que a eso se deba la fusión de ambas oficinas, pues dijo, ambas tenían sus campos bien definidos.
Quizá Acosta aceptó apoyar al presidente Fox y apostarle al gobierno del cambio creyendo que habría una diferencia en la política de derechos humanos.
Sin embargo, dijo, es difícil tener resultados en un corto tiempo en asuntos tan estructurales, pero el camino estaba andándose.
El martes pasado el secretario de Relaciones Exteriores, Luis Ernesto Derbez pidió a Marieclaire Acosta su renuncia como subsecretaria para Derechos Humanos y Democracia, oficina que fue fusionada con la de Asuntos Globales, a cargo de Patricia Olamendi.
2003/LGL/MEL