Para romper con el cáncer social de la violencia dentro del hogar, que tanto daña a las mujeres, necesitamos una nueva educción desde la infancia y atender de manera integral a las víctimas de esa violencia, consideró la procuradora general de Justicia del Estado, Patricia Villanueva Abraján.
«Tenemos que aplaudirnos que hoy lo que era privado hace unas décadas sea un asunto público, pero también necesitamos de respuestas rápidas para reducir a cero este fenómeno social que resulta ilógico en pleno siglo XXI».
En entrevista, la procuradora analizó hacia dentro y hacia fuera la respuesta institucional ante la violencia contra las mujeres en el hogar, que «trastoca las fibras más íntimas de ellas y de sus hijas e hijos».
Terminar con la violencia hacia las mujeres tiene que ver con la determinación de las personas; «es una decisión individual», pero vinculada a lo público, porque la violencia, aunque se dé en el hogar, es un problema social serio.
Lamentó que todavía algunas mujeres sean sometidas al escrutinio de los agentes del Ministerio Público, lo que no tendría que ser, reconoce. Todavía se les cuestiona «si están seguras de interponer una denuncia contra el cónyuge, pero quienes toman la determinación de hacerlo o no son ellas».
Sin embargo, sostuvo que las mujeres podrían tomar esa determinación de romper el círculo de la violencia en la que han vivido si las instituciones y los organismos no gubernamentales pudieran realmente ofrecer la infraestructura necesaria que las arrope en ese momento.
Esa, señaló, es una tarea inacabada para la que debe vincularse una gran cantidad de instituciones públicas que brinden servicios legales, psicológicos y capacitación, y en la que estarían obligadas no sólo las instituciones que imparten justicia, sino también las de salud, educación, economía, el Instituto de la Mujer Oaxaqueña y el DIF estatal y nacional, entre otras.
Ello -explicó- porque la violencia trastoca en lo íntimo la vida de las personas, pero se refleja en lo público en su salud integral, en el rendimiento escolar y laboral, y, en general, en todos los ámbitos.
Villanueva Abraján reiteró que la violencia está «íntimamente ligada a las emociones» y lamentó el hecho de que, de acuerdo con la experiencia de la institución que dirige, la gran mayoría de las mujeres que denuncian lo hacen «como producto de la indignación del momento».
El problema, añadió más adelante, es que no dan seguimiento a sus demandas «en aras de una esperanza de transformación de su agresor, y empezamos de nueva cuenta el círculo de la violencia que urge romper».
La Procuradora General de Justicia enfatizó que en esta tarea de atención no deben quedar fuera los agresores, quienes también deben recibir atención psicológica para romper con los patrones de conducta que los llevan a cometer actos ilícitos que tanto daño hacen a la familia y, por ende, a la sociedad.
05/SJ/YT
