En México, como en todo el mundo, se deben constituir planes y estrategias para erradicar el complejo fenómeno de ocultación y aquellas que denigran a las mujeres, aseguró la directora del Instituto Michoacano de la Mujer, Rubí de María Gómez Campos.
Al inaugurar el Foro Iglesia, Política y Sociedad: Avances y desafíos de los derechos humanos de las mujeres mexicanas, indicó que los acuerdos internacionales logrados por un amplio movimiento de lucha y participación activa de las mujeres, garantiza hoy su reconocimiento como sujetos autónomos y plenos de derecho.
En el Salón Morelos de la Casa de Gobierno en esta ciudad, De María Gómez refirió que el concepto de género utilizado por las mismas instancias de poder que limitaban la participación igualitaria de las mujeres en el mundo público hace apenas unas décadas.
Pero, advirtió, que empieza a perder efectividad crítica al funcionar como medio de integración de las mujeres, sólo en los niveles superficiales de la declaración oficial, sin que las mujeres alcancen a alterar y penetrar las diferentes instancias sociales y políticas de decisión del mundo público.
Los resultados de este Foro serán presentadas en el Parlamento de las Mujeres en México, que se llevará a cabo en esta ciudad el próximo viernes 18 de febrero, y entregadas a las autoridades estatales y municipales.
Por otra parte, la representante de Católicas por el Derecho a Decidir, Alma Rosa Botello Uribe, se refirió a la próxima evaluación de la Plataforma de Acción de Beijing, llamada Beijing +10, y explicó que aún cuando hay un consenso sobre el respeto que merecen los derechos humanos de las mujeres aún falta por hacer en relación con sus derechos sexuales y reproductivos.
Señaló que en esa organización están comprometidas a alzar la voz cada vez que la jerarquía católica conservadora pretenda abusar de su poder simbólico para atacar las políticas que mejoran el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos, o que haga pronunciamientos falaces acerca de la doctrina católica para amenazar a la feligresía con la excomunión.
Apuntó que en Pekín+10, será generalizada la demanda de parar la violencia, además de insistir en el reconocimiento del trabajo domestico y su participación en los espacios antes reservados a los hombres.
Dijo que se trata de diseñar e instrumentar políticas y programas que cierren las brechas de la desigualdad y la justicia entre mujeres y hombres, así como vigilar que se cumplan los compromisos adquiridos en El Cairo y Pekin, agregó la activista.
Luego apuntó que no hay democracia posible sin la equidad entre mujeres y hombres, como no la hay sin programas y políticas incluyentes, respetuosos de las diferencias étnicas, religiosas, sociales, sexuales, de género, de edad y de capacidad que conviven en una sociedad como la mexicana.
2005/CE/SJ