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Movimiento feminista allanó camino a Sheinbaum y Barrales

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Los dos partidos políticos que podrían disputarse la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México en las próximas elecciones postularon a mujeres como precandidatas lo abre la posibilidad de que por primera vez una mujer que hace campaña sea electa y gobierne la capital del país.

El partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) apuesta por la aún precandidata Claudia Sheinbaum Pardo y la coalición “Por la Ciudad de México al Frente”, de los partidos de la Revolución Democrática (PRD), Acción Nacional (PAN) y Movimiento Ciudadano (MC), por Alejandra Barrales Magdaleno.

Pero ¿quiénes abrieron el camino para que hoy dos mujeres aspiren a gobernar la capital del país? El impulso del movimiento feminista en torno a la participación política de las mujeres y su incidencia en la capital comenzó a consolidarse en 1996 con la reforma a la Constitución mexicana que permitió la creación el Gobierno del Distrito Federal.

Con esta modificación legal el Poder Ejecutivo dejó el control administrativo de la capital y en 1997 se efectuaron las primeras elecciones para elegir al Jefe de Gobierno de la urbe.

Desde los años noventa el movimiento feminista apostó por la aplicación de las cuotas de mujeres en cargos de elección pues creían que ellas eran capaces de generar transformaciones importantes en la política. Por otro lado se cuestionaba ¿hasta qué punto las cuotas y el posicionamiento de mujeres en altos mandos, ayudaría a construir una visión política distinta a la masculina?

1997, GRANDES ESPERANZAS

Esta era la discusión cuando en la elección de 1997 para elegir Jefe de Gobierno el Partido del Trabajo (PT) nombró a María Viola Tapia Flores, la cantante conocida como “Viola Trigo”. Ella no era militante de este partido y se asumió que su elección fue una estrategia para atraer votos. Fue designada candidata apenas un mes antes de las elecciones, con un programa político poca elaborado y sólo logró un 1.3 por ciento de los votos.

Los resultados le dieron el primer triunfo a Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano del PR. Con el éxito del sol azteca las mujeres comenzaron a ocupar puestos importantes pero la antropóloga Marta Lamas expone, en un artículo sobre las elecciones en la capital, que las feministas fueron decepcionadas al constatar que los hombres del poder colocaban a parientes (esposas, hijas, conocidas) en los espacios que ganó el movimiento feminista.  

ROBLES, ÚNICA JEFA DE GOBIERNO

Con el PRD al mando de la Ciudad también llegó la primera Jefa de Gobierno, aunque ella no fue electa por la ciudadanía. En 1999, Cárdenas renunció al cargo para iniciar su campaña rumbo a la Presidencia de la República. En su lugar, Rosario Robles Berlanga fue designada por la Asamblea Legislativa del entonces Distrito Federal.

Sindicalista, mujer de izquierda y forjada en el movimiento feminista, la aun perredista mantuvo un discurso apegado al feminismo y destacó por promover la llamada “Ley Robles”, una reforma al Código Penal local que introdujo dos causales para la no penalización del aborto: por grave daño a la salud de las mujeres y por malformaciones fetales.

Sin embargo, en 2004 llegó el declive político de Robles. Al verse acusada de presuntas irregularidades en el manejo de cuentas públicas –acusación que no se demostró–, tuvo que renunciar como integrante activa del PRD. Actualmente ella es titular de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano.

A pesar de este hecho el PRD continuó gobernando la capital del país, Robles entregó el mando a Andrés Manuel López Obrador, electo en los comicios del año 2000.

2006, DEJAR EL “MUJERISMO”

En las elecciones de 2006, expuso Marta Lamas en su revisión histórica, las mujeres organizadas tomaron un nuevo rumbo: no abogaron por “votar por mujeres” sino por una candidata o candidato con una ideología política garante de los Derechos Humanos (DH).

Así se explica que Beatriz Paredes Rangel, candidata en 2006 de la Alianza por la Ciudad, conformada por los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y Verde Ecologista de México (PVEM), no tuviera el apoyo del movimiento feminista para dirigir la capital a pesar de ser reconocida como feminista y ex gobernadora de Tlaxcala. En la contienda ella quedó en el tercer lugar, una vez más el PRD ganó con Marcelo Ebrard.

Durante la administración de Ebrard, el trabajo del amplio frente de feministas creado para impulsar política pública rindió frutos, dio como resultado la despenalización del aborto hasta las 12 semanas de gestación, ley que en 2008 fue declarada constitucional por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).

También durante su legislación, se legalizó el matrimonio entre las personas del mismo sexo y al mismo tiempo las adopciones de estas parejas.

2012, TRES CANDIDATAS Y UN GANADOR

En 2012, Beatriz Paredes volvió a ser la candidata del PRI, con otras dos candidatas; la activista Isabel Miranda de Wallace por el PAN y la ex priista Rosario Guerra Díaz por Nueva Alianza. Ese fue el mayor número de mujeres que hasta entonces compitieron por gobernar la Ciudad; sin embargo, el ganador fue Miguel Ángel Mancera, el único hombre en la contienda.

Paredes quedó en segundo lugar y después las candidatas que aceptaron ser abanderadas sin militar en el partido que las postuló.

A un pie de salir de la gubernatura de la capital del país, Miguel Ángel Mancera deja en trámite una solicitud de Alerta de Violencia de Género (AVG) por el aumento de casos de feminicidio; según datos de la Procuraduría local de noviembre de 2016 a junio de 2017 ocurrieron 101 casos.

2018: JEFATURA POR ELECCIÓN

Ahora, con las precandidaturas de Sheinbaum y Barrales –quien en 2012 perdió la contienda interna del PRD para elegir a su alfil–parece que llegó la hora de que una mujer sea electa como primera Jefa de Gobierno. En este contexto se han hecho escasas propuestas en torno a la agenda de las mujeres.

Una de las ideas de la ex jefa de la delegación Tlalpan, Claudia Sheinbaum, fue elevar el Instituto de Mujeres al rango de Secretaría; Alejandra Barrales apenas ha hablado de ir en contra de la violencia familiar. Aunque ambas aún son precandidatas, son las mejor colocadas para competir en la elección y aún no está claro si se van a rodear de un gabinete paritario y una verdadera agenda de género, dos demandas del movimiento feminista.

Quien sea electa tendrá el desafío de gobernar tras la reforma política de 2015 que transformó el DF en la Ciudad de México, cambio que brindó nuevas atribuciones a la capital como su autonomía y una Constitución propia recién aprobada en 2017.

18/SG/HZM

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