Las políticas mexicanas tienen amplias posibilidades de ganar en las elecciones internas de los partidos para contender a los cargos de elección popular, sostiene una investigación del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).
El estudio coordinado por Eric Magar Merus, jefe del departamento de Ciencia Política del ITAM, anima a las mexicanas a contender en las elecciones internas en los partidos para que un mayor número de ellas llegue al Congreso de la Unión y otros puestos de decisión en el gobierno mexicano.
La investigación financiada por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), corrobora la tendencia observada de más candidatas a diputadas electas pero menos ganadoras, luego de la reforma al Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe) en 1998.
Encontraron un bajo número de precandidatas y una tendencia para ser designadas por sus partidos en vez de contender en elecciones internas.
«Uno de los hallazgos fue que no hubo indicios de discriminación electoral contra las mujeres en las elecciones internas en 2003, ya que las que contendieron ganaron en proporciones muy similares a las de los hombres que lo hicieron en las elecciones primarias.
Por ello, dar la batalla en elecciones internas manteniendo al mismo tiempo las cuotas de género en los partidos es una respuesta a «¿Qué hace falta para que haya más mujeres en el gobierno mexicano? Determinantes de su acceso a las candidaturas y los puestos de elección en la Cámara de Diputados federal 1994-2006.»
La otra respuesta «es la buena fe y disposición por parte de los liderazgos de los partidos políticos para nominar a más mujeres en distritos y lugares de las listas con posibilidades reales de triunfo.»
Otra de las estrategias que las mujeres han encontrado para impulsar sus candidaturas son los pactos entre mujeres de distintos partidos como es «Un trecho más, por una reforma con equidad de género» que se firmó ante el Instituto Federal Electoral (IFE) en octubre pasado.
Es el siguiente paso del compromiso «Avancemos un Trecho» entre partidos políticos, que ha buscado empujar las candidaturas femeninas y la agenda de género en 1997 y 2003.
También se cuenta la firma del Pacto entre Mujeres: Hacia una Agenda Legislativa y de Gobierno por la Equidad de Género del año 2000.
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