La presidenta del Sistema de desarrollo Integral de la Familia, DIF, en Poza Rica, Rosa María Ayala de Velásquez informó que «Poza Rica es el Municipio del estado de Veracruz que registra más casos de violencia hacia las mujeres, y que a nivel mundial México, ocupa el tercer sitio con ese problema.
Al hacer un balance de las informaciones aportadas durante los talleres y conferencias -que el DIF brindó a la sociedad-, la funcionaria aseguró que la violencia contra las mujeres «es un secreto muy guardado» y un fenómeno que tiene una cifra negra de no denuncia, pero no por complicidad sino por una baja autoestima, y porque «ellas desean en lo más íntimo que no se sepa».
Precisó que los datos pormenorizados de cómo afecta esta situación a las mujeres «serán dados a conocer en el primer informe de labores que tendrá lugar el 20 de diciembre».
Aunque se considera que hay un elevado número de denuncias en Poza Rica en cuanto a estos delitos –principalmente los de agresión física- las mujeres lo toman como «algo natural», la «cultura del varón predomina en nuestra comunidad por lo que se pretende avanzar en el aspecto del cambio hacia la igualdad y el equilibrio de género».
Entrevistada al término de la marcha Contra la Violencia, realizada en coordinación con el Sector Salud, dijo que las actividades incluyeron además de los talleres y conferencias, foros y exposiciones «para evitar la violencia»; y se habilitó el «CARIF» Centro de Atención Contra la Violencia Intrafamiliar dedicado a las mujeres y las niñas.
Jocabed García López, trabajadora social de la Jurisdicción Sanitaria Número 3, dijo que la agresión más común y visible «es la física, pero hay una sicológica que afecta al 39 % de la población femenina».
Ese fenómeno se llama «el ciclo de la violencia y comienza con las agresiones verbales. El problema es que cuando es denunciado por las mujeres en el contexto de maltrato emocional, ante el agente del Ministerio Público, el agresor manifiesta voluntad de cambio e inclusive se muestra arrepentimiento pero al poco tiempo, alrededor de una semana, comienza nuevamente a ser agresivo pero esta vez pasa a la violencia física, por lo que la reincidencia toma otras dimensiones aún mayores, y afecta la salud física y emocional de las mujeres».
Las repercusiones de esto pueden ocasionar en las mujeres «conductas antisociales porque poco a poco van perdiendo su autoestima, sus ganas de convivir, y de trabajar, y se encierran en sus casas», agregó.
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