El trabajo infantil y adolescente doméstico en hogares de terceros es considerado una de las formas de explotación más generalizadas, pero a la vez menos conocida y atendida, a pesar de que no se sabe con exactitud cuantas niñas realizan estas actividades, revela un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
El documento, Módulos de sensibilización y capacitación para trabajadores e infantes domésticos y sus familias de la OIT, señala que alrededor de 175 mil personas menores de edad en Centroamérica, realizan actividades domésticas fuera de su hogar y en la mayoría de los casos en condiciones que contravienen los derechos de la niñez y la adolescencia.
El trabajo doméstico tiene una elevada importancia económica para quienes participan en él, a pesar de que lo que reciben es mínimo, pues son tareas habituales y cotidianas que por lo general no se conciben como una labor económica, sin embargo permiten la generación de algunos ingresos para la subsistencia de las familias que viven en condiciones de pobreza y pobreza extrema, agrega el texto.
Los niños, niñas y adolescentes que realizan dichas actividades, se ven imposibilitados/as de gozar del ejercicio de sus derechos humanos y constitucionales, ya que sus labores no son consideradas como trabajo, sino como una extensión de las obligaciones que tienen en sus hogares, por lo que se les suele identificar como «niñas de casa o de crianza», «sirvientas» y «criadas», entre otros eufemismos.
La OIT estima que un 90 por ciento de los menores de edad que realizan el trabajo doméstico son mujeres, las cuales empezaron entre los ocho y los 12 años de edad con cargas iguales o superiores a las de un adulto.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) del 2000 al 2002, tan sólo Guatemala tenía una población total de 12 millones 385 mil 334 habitantes; la población entre cinco y 17 años era de cuatro millones 241 mil 512. De esa misma población unos 38 mil 878 se empleaba en actividades domésticas, lo que significa que un 4.14 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA) es menor de 18 años.
2004/GV