Organizaciones feministas peruanas denunciaron la intención de que la nueva Constitución de su país establezca la prohibición absoluta del aborto, aun cuando la salud o la vida de la mujer corra peligro.
Para Mónica de las Casas, responsable de la oficina regional en Lima de la Asociación para los Derechos de la Mujer y el Desarrollo, ello significaría un precedente de extrema gravedad pues «sería la primera constitución que prohíba todos los tipos de aborto».
La representante de AWID, por sus siglas en inglés, advirtió que si esa experiencia llega a ser exitosa en Perú podrá plantearse fácilmente su homologación en otros países latinoamericanos.
El 4 de octubre, las mujeres peruanas ganaron la batalla contra grupos conservadores en las reformas a la Constitución, al conservar legal el aborto terapéutico como lo estipula el artículo 119 del Código Penal peruano que data de 1991.
De las Casas recordó que el aborto clandestino es una innegable realidad que termina con la vida de miles de mujeres latinoamericanas, que en el caso del país andino son 352 mil las que lo practican en condiciones insalubres.
En tanto, el Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer (CLADEM) señaló que penalizar el aborto no lo evita ni disminuye su práctica, en cambio pone en peligro la vida, salud y bienestar de las mujeres y sus familias.
Exigió al gobierno peruano cumplir con los compromisos nacionales e internacionales de promoción y protección de los derechos humanos de todas las personas. «No permitiremos el retroceso ni las limitaciones a nuestros derechos humanos en el actual proceso de reforma constitucional», advirtió.
Por su parte, la directora de Estudios para la Defensa de los Derechos de las Mujer (Demus), Roxana Vázquez, dijo que un Estado que respete los derechos humanos, honre sus compromisos ante la comunidad internacional y aplique los principios de igualdad y no discriminación, es un Estado que coloca a la mujer como sujeto de derechos y no como portadora de una ciudadanía a medias.
La abogada dijo que el dogmatismo y apasionamiento de posiciones conservadoras debería «alertarnos con respecto a qué intereses se están defendiendo realmente, qué se están jugando y por qué los descontrola tanto la sola idea de que las mujeres seamos sujetas y ciudadanas y podamos decir sobre nuestros cuerpos y nuestras vidas», concluyó.
Así, hicieron un llamado al movimiento amplio de mujeres de la región a manifestarse contra este retroceso, señalando que para que la democracia se consolide resulta imprescindible que el Estado garantice el ejercicio de los derechos humanos de mujeres y hombres de todas las clases, razas y etnias.
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