A nueve días del robo de equipo electrónico, computadoras y trajes típicos de la región, del Grupo de Mujeres Istmeñas «8 de Marzo» no han tenido ninguna respuesta por parte de las autoridades municipales, informó hoy Rogelia González Luis.
La presidenta de esa organización creada en 1995, Rogelia González Luis, explicó que el robo, ocurrido la madrugada del pasado 17 de febrero, afecta a más de 500 mujeres de cinco municipios que habían encontrado en el Centro de Apoyo y Atención a la Mujer Itsmeña «Rosario Ibarra de Piedra» una forma distinta de ser, pero «ni eso ha conmovido a la autoridad municipal».
La ex síndica municipal añadió que el robo ha sido un golpe muy fuerte para el Grupo de Mujeres Istmeñas, en especial por la falta de respuesta del Concejo Municipal que encabeza Héctor Matus, quien a pesar de que se le advirtió de la falta de seguridad retiró al vigilante el pasado tres de febrero.
Esta –añadió- es la tercera vez que roban en el CAMI. El monto de lo hurtado supera los 131 mil pesos, y como en las veces anteriores no tenemos ninguna respuesta, no hay detenidos, no hay pistas, mientras al presidente del Concejo Municipal no lo encontramos ni en su casa ni en el palacio.
González Luis descartó responsabilizar a un grupo político determinado, sin embargo, aseguró que lo realizado por el «8 de Marzo» ha provocado molestia entre quienes se niegan a creer en el desarrollo de las mujeres, porque si hubiera sensibilidad en los actores políticos no hubiera pasado nada y desde hace tiempo hubieran respaldado nuestras acciones, subrayó.
Explicó que desde ese día fue levantada una denuncia ante las autoridades y se ha integrado un expediente con las facturas de lo que fue robado, también han insistido con el Ministerio Público y la Procuraduría de Justicia del Estado para que sigan investigando y señaló que ojalá está vez sí tengan una respuesta.
Dijo que el secretario general de Gobierno, Héctor Anuar Mafud Mafud, ofreció apoyo para recuperar las computadoras robadas, así como realizar las gestiones necesarias para que haya vigilancia en el municipio, respuesta que también están esperando.
El Grupo «8 de Marzo» está integrado por 19 mujeres de diversas corrientes políticas, desde el PRI hasta la COCEÍ, explicó su presidenta, lo que les ha causado muchos escollos.
Piensan «y a estás quien las va controlar», pero nosotras sabemos que la situación de las istmeñas rebasa cualquier ideología o creencia, ya que nuestro punto común son las mujeres, no la política ni la religión.
EL MITO DEL MATRIARCADO
González Luis es clara. El asunto del matriarcado se da desde el ojo del exterior. Pero nosotras sabemos que es un mito, que no existe. Se trata de una idea que se forja porque las mujeres estamos en la casa, en el mercado, en las fiestas, en las ceremonias religiosas, en los sepelios… pero no estamos en la toma de decisiones políticas, no participamos en el desarrollo del pueblo.
Porque si el matriarcado existiera –añade- estaríamos felices. Pero por el contrario estar en la toma de decisiones es para las mujeres istmeñas una lucha permanente, todavía en San Mateo del Mar no dejan que las mujeres estén en las asambleas, sólo una mujer asiste y se aguanta todo.
González Luis, quien es profesora, explicó que a pesar de la situación se continúan ofreciendo los talleres de sensibilización en los temas de prevención a la violencia intrafamiliar, derechos reproductivos y sexualidad, liderazgo, autoestima, derechos humanos y laborales, entre otros, porque «los hechos no pueden detenernos, sí eso querían no lo lograron».
Anunció que para el próximo ocho de marzo, Día Internacional de la Mujer, las istmeñas realizarán una marcha desde las oficinas del CAMI, ubicadas en el fraccionamiento Cristóbal Colón hasta el palacio municipal de esta ciudad istmeña, en donde demandarán justicia para las mujeres en todos los ámbitos.
DE LA CAPACITACIÓN AL MICROCRÉDITO
La misión del Grupo «8 de Marzo» es contribuir a mejorar las condiciones de vida de las mujeres istmeñas, por lo que ha raíz de la creación del centro se iniciaron cursos de capacitación, sensibilización, productividad y microcrédios, así como de asesoría legal, que benefician no sólo a las juchitecas sino también a mujeres de otros cuatro municipios, explicó.
Detalló que en el área productiva, artesanal y de microcréditos, las mujeres cuentan con máquinas industriales y materia prima para el bordado y tejido de prendas de vestir de la región, mismos que son comercializados en el mercado local, mediante pedidos o en el mismo CAMI, lo que genera ingresos importantes.
En esta área se confeccionan vestidos, huipiles bordados o de cadenilla, así como servilletas de telar y hamacas de tarraya, éstas realizadas por mujeres indígenas huaves.
Otra área importante, la más afectada por el robo, es la de informática, donde en menos de un año fueron sustraídas 10 computadoras, afectando de manera directa a unas 200 mujeres de escasos recursos y empleadas del municipio, quienes ante la imposibilidad de seguir estudiando tenían en la computación una alternativa profesional.
En el CAMI «Rosario Ibarra de Piedra», añadió la entrevistada, las mujeres reciben también talleres de sensibilización sobre salud sexual y derechos reproductivos, liderazgo, autoestima, derechos humanos, prevención a la violencia y derechos laborales. Además de asesoría jurídica, gracias al apoyo de la Fundación MacAthur.
Rogelia González Luis lamentó que personas sin escrúpulos hayan robado el equipo, ya que afecta no sólo a la organización sino también a mujeres de Juchitán, Santo Domingo Petapa, Unión Hidalgo, San Mateo del Mar y San Dionisio del Mar, estos dos últimos considerados como de muy alta marginación y en los cuales las mujeres indígenas zapotecas y huaves habían encontrado una forma digna de vivir.
SJ/MEL
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