Inicio Ignorados y escamoteados históricamente los DH de la mujer

Ignorados y escamoteados históricamente los DH de la mujer

Por Silvia Núñez Esquer

La violencia hacia las mujeres ha sido utilizada sistemáticamente para ejercer el poder y controlar por medio de la fuerza los paradigmas que la sujetan a la vida privada, afirmó la doctora Martha Torres Falcón, de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Al ofrecer una conferencia en la Comisión Estatal de Derechos Humanos, Torres Falcón, autora del libro La Violencia en Casa, de Croma Paidós, aseguró que en los documentos históricos suscritos por la humanidad para delimitar los derechos fundamentales, indistintamente han ignorado los derechos a las mujeres y han sido escamoteados de una u otra forma.

Pasando por la Independencia de las trece colonias, la Declaración Universal de los Derechos del hombre y del ciudadano, emanados de la Revolución Francesa, la Declaración universal de los derechos del hombre por la Liga de las Naciones en 1918, así como la Declaración Universal de los Derechos Humanos por Naciones Unidas en 1948, dijo.

La especialista explicó que las mujeres han sido consideradas como seres sentimentales, emocionales, y por lo tanto como seres presociales.

A lo largo de la historia, los hombres establecieron en los contratos sociales y en los sexuales, firmados también por hombres, las condiciones que ubican a la mujer como un producto, un bien más que presta servicios al hombre quien adquiere derechos sobre ellas.

La violencia de género tiene su origen en la intención de control por medio del ejercicio del poder a la fuerza para conservar la dicotomía público y privado, siendo el primero de los ámbitos destinado arbitrariamente para los hombres y el privado para las mujeres.

Al romperse el esquema y salir las mujeres al ámbito público considerado exclusivo de los hombres, la violencia se hace presente como un método de control.

Las demandas de las mujeres en orden cronológico ha ido desde la educación, el primer gran objetivo, luego fue la igualdad, el derecho al sufragio y después el voto universal.

Como reivindicaciones contemporáneas señaló la libre disposición del cuerpo, la participación política, la igualdad de oportunidades, la salud reproductiva y finalmente la vida libre de violencia.

Ante personal de la Comisión de Derechos Humanos, periodistas, organizadores y público en general, definió a la violencia como un acto intencional, que transgrede un derecho, ocasiona un daño y que busca sometimiento y control, es decir, es un acto de poder.

Estableció que se deben acabar los mitos sobre la violencia de género de la que se piensa que constituye casos aislados, que la vive gente pobre o sin educación, que los hombres son violentos por naturaleza, que la mujer lo provocó, o bien, que dañar a la pareja es un derecho porque les pertenece.

06/SN/LR

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