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Federación Rusa: Estado tolera violencia contra mujeres

Por la Redacción

«A veces me golpeaba y yo ni siquiera sabía por qué», dice Oksana. «Si de verdad nos ayudarán acudirían a las autoridades muchas más mujeres. Una noche llamé a la policía 16 veces y no vino ninguna», asegura Liliana.

En la Federación Rusa, la violencia contra las mujeres es uno de los abusos contra los derechos humanos más generalizados y, sin embargo, más ocultos. Así lo manifestó Amnistía Internacional durante la presentación del informe Russian Federation: Nowhere to Turn to. Violence Against Women in the Family (Federación Rusa: Ningún lugar a donde ir. Violencia contra las mujeres en la familia), de acuerdo con un comunicado de la organización.

Amnistía Internacional reporta que, según trabajos recientes de investigación independiente, 70 por ciento de las mujeres casadas de ese país han sufrido alguna forma de violencia a manos de sus esposos.

«La violencia contra las mujeres en el ámbito familiar no es un asunto privado y no tiene justificación alguna -ha señalado Nicola Duckworth, directora del Programa Regional para Europa y Asia Central de Amnistía Internacional-. Es un abuso contra los derechos humanos ante el que los Estados están obligados a tomar medidas, según el derecho internacional.»

En el informe de Amnistía Internacional, mujeres que han sido víctimas de violencia en el ámbito familiar cuentan su terrible experiencia (palizas continuas, violación conyugal, acoso, acecho, intento de asesinato), y lo difícil que les resultaba encontrar protección y apoyo. Aunque están empezando a denunciar estas situaciones, muchas mujeres no se atreven aún a revelar su identidad por temor no sólo a las represalias de sus esposos, sino también al ostracismo público.

A Amnistía Internacional le preocupa el alto grado de aceptación de la violencia contra las mujeres en el ámbito familiar dentro de la Federación Rusa. Se intenta justificar y disculpar esta violencia: la policía, los jueces y, a menudo, las propias mujeres, la achacan al alcohol, la pobreza y los problemas de vivienda, y muchas personas, incluso las víctimas de la violencia, no reconocen que es un delito punible.

«La violencia contra las mujeres en el ámbito familiar niega a las mujeres algunos de sus derechos fundamentales, como el derecho a la vida, a la integridad física y mental, a la libertad y la seguridad de la persona y a la libertad de expresión», señala Nincola Duckworth.

«Cualesquiera que sean las circunstancias personales de las mujeres, el Estado no puede privarlas de su protección, sino que tiene que tomar medidas efectivas para prevenir la violencia en el ámbito familiar, proteger a las mujeres de ella y castigar a quienes la cometen. «No basta con hacer rendir cuentas a quienes cometen actos de violencia en el ámbito familiar. También debe rendirlas el Estado que tolera tal violencia».

En algunas regiones y ciudades, las autoridades, a menudo a raíz de la presión ejercida por organizaciones no gubernamentales, han establecido casas de acogida, teléfonos de ayuda y centros de crisis para mujeres, pero no existe un enfoque adecuado aplicable en toda la Federación Rusa, por lo que a las mujeres víctimas de violencia en el ámbito familiar les resulta difícil encontrar protección y apoyo.

Amnistía Internacional considera motivo de preocupación la aparente falta de voluntad política para poner fin a escala federal a la violencia contra las mujeres en el ámbito familiar. Muchos centros de apoyo y organizaciones de mujeres corren peligro de cierre por habérseles retirado los fondos y el apoyo oficial.

«Con alrededor de nueve millones de habitantes, Moscú es la mayor ciudad de la Federación Rusa. Sin embargo. no tiene una sola casa de acogida para víctimas de violencia contra las mujeres. Incluso una pequeña casa de acogida transmitiría adecuadamente la señal de que las autoridades están dispuestas a proteger a las mujeres de la violencia en el ámbito familiar», ha explicado Nicola Duckworth.

La Federación Rusa es parte en tratados internacionales y regionales de derechos humanos, todos los cuales obligan al gobierno a proteger, respetar y hacer realidad los derechos humanos de las personas bajo su jurisdicción, incluidas las mujeres víctimas de violencia en el ámbito familiar.

Amnistía Internacional pide a las autoridades rusas que creen mecanismos judiciales y no judiciales efectivos para poner fin a la violencia contra las mujeres en el ámbito familiar. Como primer paso en esta dirección, la organización les insta a aplicar plenamente las recomendaciones del Comité de la ONU para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer.

05/YT

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