La pobreza extrema obliga a la niñez a trabajar, principalmente a las niñas, quienes abandonan la escuela para integrarse a las labores del campo sin que el Estado pueda evitarlo.
Lo anterior se dio a conocer durante un foro celebrado en San Marcos, en el marco del Día del Agricultor. Sonia Figueroa, directora de la Oficina de Unidad de Protección a la Adolescencia del Ministerio de Trabajo y Previsión Social, resaltó que las menores de edad dejan los centros de enseñanza debido a que la pobreza extrema de sus padres las obliga a prestar su mano de obra en el campo.
Por su parte, el gobernador departamental, Alex Humberto López, expresó que de las migraciones masivas que se experimentan en agosto y septiembre, un 90 por ciento en el altiplano marquense, se dirigen a México, para laborar en
las fincas en condiciones infrahumanas.
Los panelistas coincidieron con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) al señalar que sí hay herramientas jurídicas suficientes para erradicar la actividad infantil; sin embargo, hacen falta recursos para que el Estado ejerza su papel como debe.
Por su parte, Erwin Roberto Jordán, coordinador general de Agricultura Comercial de uno de los proyectos de la OIT, lamentó que los niveles de pobreza obliguen a la niñez a laborar, situación que los margina de la superación académica.
Entre otros ponentes del evento figuraron Mirna Montes, de la Facultad de Agronomía de la Universidad San Carlos de Guatemala (USAC) y Jeane Roblero, de la Procuraduría de los Derechos Humanos de San Marcos (PDH).
HS/GM