Trabajadoras migrantes en Estados Unidos demandaron a la empresa Threemile Canyon, dueña de granjas lecheras por negarles la contratación y su caso es llevado por la defensora mexicano-americana de derechos laborales, Dolores Huerta.
La feminista Dolores Huerta, hija de padres mexicanos y cofundadora de la Unión de Trabajadores Agrícolas de América, que dieron la lucha en los sesentas contra las vitivinícolas californianas, hizo hoy un llamado para apoyar la campaña iniciada por tres mujeres en el estado de Óregon contra las lecheras por discriminación de género.
«Ellas habían solicitado un trabajo, pero nunca les llamaron para ningún puesto aunque se contrataban hombres. Una cuarta mujer se unió a la demanda. Estos alegatos de discriminación por sexo son los últimos en una larga lista de abusos en la Threemile Canyon Farms,»aseguró en una misiva la activista, conocida por su defensa de jornaleros.
Las labores de ordeña y manutención de 35 mil vacas en los 93 mil acres requieren jornadas de 12 a 16 horas diarias sin derecho a pago de tiempo extra por parte de sus empleados, guatemaltecos y mexicanos sin papeles en su mayoría, según la investigación publicada en Salon.com, porque ningún estadounidense haría ese trabajo.
Los riesgos a la salud en dicha labor son altos ya que incluyen, además del acarreo de mangueras para la ordeña automática o el paleo de granos, el manejo de kilos de excremento que causa infecciones en la piel o fracturas causadas por alguna patada de las vacas.
Pese a las condiciones subhumanas, este trabajo representa una posibilidad de supervivencia para muchas migrantes, por lo que quieren ser más mujeres las contratadas. De acuerdo con Dolores Huerta, hoy son solamente dos mujeres entre 150 trabajadores.
Por ello llamó a presionar al consorcio lechero mediante cartas de petición a sus principales clientes, los fabricantes del queso Precious y Sorrento en Estados Unidos para que negocie de buena fe con el sindicato de Trabajadores Agrícolas y le den empleo a las mujeres.
2004/MR/LR