Entre las mujeres jóvenes es común la necesidad de abortar en condiciones ilegales y peligrosas, señala la directora de la organización no gubernamental Afluentes, Gabriela Delgado, en su libro El Aborto.
Las jóvenes, dice, toman más tiempo en reconocer o aceptar un embarazo y demoran más en tomar la decisión para solicitar servicios de aborto, sin embargo, cuando el embarazo está en etapa más avanzada, el riesgo para su salud es mayor.
La autora se refiere a estudios que revelan que son principalmente las amistades, madres y los compañeros sexuales, quienes instan a las jóvenes a recurrir a un aborto.
De igual manera advierte que las probabilidades de complicaciones por aborto son mayores cuando la mujer lo práctica ella misma o cuando acude a una persona empírica no capacitada.
Gabriela Delgado señala que la gran mayoría de la población mundial vive en países donde el aborto está permitido legalmente cuando la vida de la madre está en peligro o por violación.
Sin embargo, hoy muchas mujeres en el mundo y en nuestro país, en especial las adolescentes, desconocen su derecho a servicios de aborto seguro y algunos prestadores de servicio niegan la atención.
La investigadora observa que aún en los lugares donde el aborto es legal, con frecuencia los servicios no están disponibles, son inadecuados e incluso no cuentan con personal capacitado y carecen de equipo.
Considera que uno de los beneficios más importantes de la legalización y de la despenalización del aborto, es la reducción de los problemas de salud física y mental, y sobre todo de las muertes por la interrupción del aborto.
Se ha documentado –explica el texto- que legalizar el aborto redunda en potencial de vida y mejora la salud de las mujeres así como de sus hijas e hijos, en tanto que en los países que ofrecen servicios de aborto seguro y legal el porcentaje de muertes por esta causa es mínimo.
En México, mueren más de mil mujeres al año por todo tipo de causas relacionadas con la maternidad, mientras que en el mundo en el mismo lapso, fallecen 78 mil mujeres como consecuencia de abortos inseguros o bien se reportan secuelas físicas como discapacidad, sangrado agudo e infertilidad como resultado de prácticas peligrosas en la interrupción del embarazo.
En nuestro país, el sector oficial reconoce que el aborto es la tercera causa de muerte materna (decesos relacionadas con el embarazo, parto o pos parto). Representa el ocho por ciento del total, aunque los registros de fallecimientos por hemorragias o infecciones del aparato reproductor muchas veces ocultan los casos de aborto inducido, precisa la publicación.
La mitad de las muertes maternas en México, ocurren en mujeres menores de 19 años, muchas de ellas pobres o indígenas, de acuerdo con el libro de Delgado.
El aborto inseguro, es definido por la Organización Mundial de la Salud, como el procedimiento para interrumpir el embarazo que es realizado por personas que carecen de la experiencia y conocimientos necesarios o en un entorno sin los estándares médicos necesarios o ambas cosas.
2005/SM/SJ
