Más de cinco mil menores que entraron solos a Estados Unidos sin documentos permanecen detenidos junto con convictos, carecen de asesoría legal, o fueron confinados en aislamiento por delitos menores, informó en un reporte la sección estadounidense de Amnistía Internacional (AI).
En un reporte de 83 páginas, la mayor organización internacional defensora de los derechos humanos indicó que el número de menores de edad solos detenidos en cárceles estadounidenses casi se duplicó entre 1997 y 2001.
En ese periodo la cifra pasó de dos mil 373 a cinco mil 385, y se estima que en la actualidad el número podría ser cercano a los seis mil.
El reporte aborda a fondo un problema largamente ignorado por la sociedad estadounidense, y que recientemente salió a la luz pública tras la reclusión de varios adolescentes afganos en la base militar que Estados Unidos mantiene en Guantánamo, Cuba, donde los jóvenes están mezclados con adultos acusados de terrorismo.
El director ejecutivo de AI, William Schulz, calificó como increíble que en pleno siglo XXI en Estados Unidos sean tratados como criminales niños y niñas que han sido víctimas de crímenes.
Expresó su esperanza de que las condiciones de los y las jóvenes mejore gracias a la aplicación de las reformas legales de marzo pasado, que responsabilizan al Servicio de Inmigración y Naturalización y al Departamento de Servicios Humanos y de Salud, del cuidado de los inmigrantes indocumentados.
De acuerdo con el reporte, las y los menores llegaron a Estados Unidos por diversas razones, todas ellas dolorosas. Algunos viajaron miles de kilómetros en busca de empleo, otros huyeron de sus países por razones políticas o a causa de guerras, y algunos más pretendían reunirse con familiares.
Uno de los jóvenes, cuyo nombre se omite por razones legales, relató a AI que fue esposado y encadenado junto con otros menores para ser revisados por un dentista en la prisión. Otro relató que por perder un bolígrafo fue obligado a desnudarse y sometido a una «revisión» 25 veces en cinco semanas.
Niños y niñas detenidos en Pennsylvania dijeron a militantes de AI que los vigilantes los patean y golpean hasta que caen al piso sólo por preguntar si pueden ir al baño.
Fega, una niña Africana de siete años de edad permanece en una prisión de Florida y pasa la mayor parte del tiempo en posición fetal. Sólo reacciona cuando escucha a alguien hablar en su lengua natal, Yoruba, y entonces llora durante varios días. En forma recurrente pregunta a alguna mujer si es su mamá, agregó AI.
El reporte señala además fallas importantes en los procedimientos carcelarios para determinar la salud mental de las y los menores y acceso inadecuado a asesoría o ayuda legal.
El nuevo Departamento de Seguridad Nacional, creado en el marco de la política antiterrorista estadounidense, asegura que realiza inspecciones a todos los centros de detención donde están los menores para asegurarse de que sus condiciones son adecuadas, pero la realidad muestra otra cosa.
2003/MES/MEL
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