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Aumenta la violencia de género entre las refugiadas sirias

Por la Redacción*
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Alianza por la Solidaridad denuncia que la atención especializada para las mujeres refugiadas es la asignatura pendiente en el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria. La ONG es la única que atiende, en tres clínicas en Jordania, a las mujeres víctimas de violencia de género y les ofrece cobertura en salud sexual y reproductiva; 45.7 por ciento de las refugiadas ha tenido un embarazo desde que dejó su país.
 
Una de cada tres refugiadas sirias en Jordania o Líbano, sufren o han sufrido violencia de género, agresiones que han aumentado desde que dejaron su país debido a la guerra. Así lo refleja un estudio realizado por Alianza por la Solidaridad entre refugiadas en Jordania y Líbano. De ellas, un 10 por ciento denuncia que ha sufrido agresiones sexuales y cerca de otro 10 por ciento (9.6 por ciento) ha sido agredida físicamente.
 
Alianza por la Solidaridad mantiene en Jordania tres clínicas de atención a la salud sexual y reproductiva para las refugiadas, en colaboración con el jordano Instituto de Salud Familiar (IFH, por sus siglas en inglés). Se encuentran en las ciudades de Madaba, Jerash y Ajlun. Allí se detectan los casos y se les ofrece tratamiento psicológico, además de las consultas de ginecología y de planificación familiar, que también son gratuitas. Solamente Mádaba realiza al año unas 10 mil consultas.
 
Se estima que en Jordania hay cerca de un millón de personas procedentes de Siria (650 mil oficiales) y en Líbano más de 1.2 millones, de las cuales más del 50 por ciento son mujeres.
 
El informe, que fue realizado con financiación de la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo (AECID) y el Fondo Mundial de la Población de la ONU (UNFPA), refleja que el conflicto vulnera gravemente los Derechos Humanos de las refugiadas, cuyas necesidades no están siendo atendidas de forma adecuada en un contexto de precariedad, desplazamiento, alejamiento de las familias y hostilidad en las comunidades de acogida. Alianza por la Solidaridad no sólo les ofrece atención sanitaria, sino que facilita que accedan a un servicio de consulta psicosocial que visibiliza la violencia de género.
 
Para el estudio, se realizaron 21 entrevistas individuales, ocho grupos focales con 94 mujeres y 385 encuestas a refugiadas de entre 15 y 49 años, tras lo que se concluyó que un 32 por ciento sufre o ha sufrido algún tipo de violencia desde que salió e Siria. La mayoría de las agresiones son en espacios públicos por parte de vecinos, propietarios de las casas que habitan o empleadores y las más son de carácter emocional  (24.2 por ciento), seguida de las sexuales (9.6 por ciento) y físicas (3.4 por ciento). En el hogar, los principales culpables de la violencia son los maridos y otros parientes. De hecho, es significativa la violencia por parte de la familia política, con la que las mujeres tienen que convivir debido a la situación de desplazamiento y la escasez de recursos.
 
La compleja situación en la que se encuentran las refugiadas, está detrás de que cuatro de cada 10 no hayan acudido a nadie cuando han sufrido una agresión, alegando miedo ante las represalias, culpabilidad o desconfianza hacia los servicios de ayuda. Casi 24 por ciento se lo contó al marido, 20 por ciento a una familiar,10 por ciento a una amiga y sólo un 1.6 por ciento acudió al médico o a la Policía.
 
EMBARAZOS DE LAS REFUGIADAS
 
Destaca, asimismo, el elevado índice de natalidad entre las refugiadas: 45.7 por ciento ha tenido un embarazo desde que dejó su país. En Líbano, un 78 por ciento asegura que no tuvo acceso a atención sanitaria durante el mismo por falta de dinero para poder pagarla. En Jordania, ese porcentaje se reduce a la mitad.
 
Se detecta, asimismo, que muchos embarazos son no deseados, debido tanto a un desconocimiento de los métodos de planificación -lo que aumenta el temor a los efectos secundarios-, como a la falta de recursos para poder pagarlos. Un 30 por ciento no especifica las razones por las que no lo utilizan, si bien Alianza por la Solidaridad ha detectado que puede influir el hecho de que las agencias humanitarias dan ayudas por número de hijos/as.
 
“Las refugiadas necesitan métodos anticonceptivos, a veces también atención porque han sido violadas; pero esa atención específica no está disponible casi nunca. Las mujeres refugiadas, que son más de 32 millones en el mundo, se enfrentan a amenazas como la trata, la violencia sexual y la violencia de género frente a las cuales están fracasando los programas puestos en marcha en países como Turquía, Jordania, Líbano, Grecia o los Balcanes”, afirma Cristina Muñoz, coordinadora de Acción Humanitaria en Alianza por la Solidaridad.
 
*Este artículo fue retomado del portal de la revista feminista Tribuna Feminista.
 
17/RED

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