La política económica actual traslada las responsabilidades del Estado a la familias y las organizaciones civiles a través de la privatización de los servicios públicos y con ello aumenta la carga de trabajo de las mujeres, alertó hoy la especialista en economía y género, Paloma de Villota.
Villota, quien viajó a México para impartir el seminario Las Relaciones Norte- Sur desde la Perspectiva de Género, aseguró que la privatización de los servicios públicos y la economía mundial se basan en el trabajo no remunerado de las mujeres y de las organizaciones civiles.
Según el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) el trabajo no remunerado de la población femenina equivale al 22 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de México.
La investigadora de la Universidad Complutense de España advirtió que los recortes presupuestales a los servicios públicos, han orillado a las mujeres a asumir las responsabilidades que corresponden al Estado, como el cuidado de los enfermos y el mantenimiento de las escuelas.
Señaló que aún quienes tienen poder adquisitivo recurren al sector privado para contratar servicios que el Estado tiene la responsabilidad de satisfacer, como el acceso a servicios de salud, guarderías y medicamentos, o recurren a los servicios que brindan las organizaciones civiles.
Este aumento en la carga del trabajo de las mujeres, dijo, impide su acceso al mercado laboral, derechos sociales y su desarrollo profesional. En este sentido aseguró que el aumento de la población femenina en el mercado laboral es un mito.
Lo anterior porque a decir de la especialista. la mayoría de las trabajadoras remuneradas se incorporan con horarios y contratos parciales, lo cual favorece la negación de derechos sociales y laborales como la seguridad social y el acceso a servicios públicos.
La especialista indicó que incluso en el acceso a garantías universales como el derecho a la salud y la educación, las mujeres dependen de las relaciones familiares, el matrimonio o la filiación para acceder a ellos.
En México, por ejemplo, un estudio del Colegio de México señala que de las 90 mil pensiones que se proporcionan a las mujeres, sólo el 1.28 por ciento son consecuencia de su historia laboral, el resto las recibe gracias a su esposo.
En el caso de las mujeres indocumentadas, continuó, al interior de las familias también se genera un flujo migratorio, ya que éstas se trasladan del sur al norte para hacerse cargo del cuidado de los enfermos y menores de otras familias. Este trabajo se clasifica como informal por lo que sus derechos sociales son nulos.
Aseguró que el mercado mundial está incompleto porque no mide la aportación que las mujeres hacen a la economía internacional mediante el trabajo no remunerado que se realiza al interior de los hogares y el cuidado de sus familiares.
Ante este panorama, la especialista solicitó incorporar a las cuentas nacionales el trabajo doméstico y repensar cuál es el objetivo del proceso de desarrollo económico para que las personas y no el mercado sean las beneficiarias de éste.
El seminario se llevará a cabo los días 5, 6, 9 y 10 de junio en el Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
2003/MM/MEL
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