El trabajo infantil en la población guatemalteca de Quiché, es preocupante, debido al crecimiento acelerado de esta labor, la mayoría de alto riesgo, informó Alberto Vásquez, de la Fundación Esperanza de los Niños.
Debido a la magnitud de ese fenómeno, la Fundación presentó recientemente a la prensa y a las organizaciones sociales, al Comité de Protección a la Niñez y Adolescencia Trabajadora, de la comisión de la sociedad civil, que busca apoyos a favor de esta parte de la población.
Vásquez aseguró que la Fundación tiene el compromiso de apoyar diversas actividades en los municipios de Chichicastenango y Santa Cruz del Quiché, con el fin de dar a conocer las condiciones en que se encuentran las y los menores y hacer esfuerzos para evitar que el fenómeno aumente.
Durante la actividad, llevada a cabo el fin de semana pasado, los medios de comunicación recibieron información sobre el tema para que a su vez la divulguen entre la población, con el fin de crear una mayor conciencia de la necesidad de brindar protección a las y los infantes que realizan actividades de alto riesgo.
Otro de los objetivos es que los menores puedan optar por servicios educativos y de salud, los cuales les son ajenos debido a la labor que desempeñan, por lo que junto con la prensa buscan estrategias y alternativas para solucionar ese problema.
Según un estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), hay más de 900 mil niñas y niños que laboran en alguna actividad en Guatemala, los cuales producen en general el 20 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
Así, la nación chapina se ubica en el primer país con la mayor cantidad de personas menores de edad trabajadoras en América Central. La principal razón es la pobreza.
La realización del estudio tomó dos años (entre el 2000 y el 2002) y documentó un total de 937 mil 500 trabajadores menores de edad, de los cuales la mayoría se encuentra en los sectores agrícola y pesquero.
2004/GV