Representantes de gobiernos, banqueros y organizaciones civiles reunidos en la sede del Banco Mundial (BM), en Washington, admitieron hoy divergencias graves en el acceso de los niños y las niñas a la educación y señalaron la necesidad de redoblar esfuerzos en materia de salud y VIH/SIDA.
Al concluir, junto con el Fondo Monetario Internacional (FMI), sus reuniones de primavera, el Comité para el Desarrollo de las Bancas Multilaterales del BM, se comprometió con la educación de las niñas al reconocer «que hace falta intensificar los esfuerzos para alcanzar, en 2005, el acceso igual para niñas y niños a la educación primaria.»
Lo anterior en cumplimiento con los objetivos del Milenio –signados con la ONU y sus estados miembros en el 2001– al tiempo que alentaron al Banco Mundial a redoblar la cooperación e intensificar sus esfuerzos en el tema de salud y VIH/SIDA.
En su comunicado final luego de una reunión de dos días, gobiernos y especialistas se pronunciaron a favor de una nueva resolución del Consejo de Seguridad sobre Irak, sin mencionar los términos, por la participación de la ONU en la reconstrucción de ese país y reconocieron la responsabilidad del pueblo iraquí para construir su futuro.
Ayer, el Banco Mundial dio a conocer sus nuevos indicadores sobre pobreza, desarrollo y salud en los que resalta «la alarmante diferencia en la calidad de vida entre países pobres y ricos.»
En los países ricos, 14 de cada 100 mil nacidos vivos pierden a su madre en el parto, en los países pobres la proporción es de mil muertes maternas por cada 100 mil nacidos vivos. Todas las niñas de los países industrializados acaban la primaria, pero en contraste, en Asia meridional solamente seis de cada 10 niñas lo logra.
La salud en los países ricos ocupa 10 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), pero solamente cuatro por ciento del PIB en las economías de bajos ingresos.
Los países industrializados gastaron dos mil 700 dólares por persona, mientras que en algunas naciones africanas este gasto alcanzó apenas 29 dólares por cabeza, o hasta seis dólares por cabeza en un año.
El Banco Mundial hizo notar que en los países pobres la salud se costea con recursos privados: 73 por ciento de todo el gasto en comparación con los países ricos donde 38 por ciento se financió así. Estados Unidos, agrega el comunicado, es un gasto atípico donde 56 por ciento del gasto sanitario ocupa recursos privados.
«Esta insuficiencia del gasto en salud y en educación coincide al mismo tiempo con un aumento estimado del gasto militar que en 2001 ascendió a alrededor del 2.3 por ciento del ingreso mundial», cifra que, aclara el Banco Mundial, no incluye los gastos del 11 de septiembre «y la consiguiente guerra contra el terrorismo».
2003/MR/MEL
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