Inicio Aborto, ligado a la existencia humana: Simone de Beauvoir

Aborto, ligado a la existencia humana: Simone de Beauvoir

Por Hilda Soria Torres

«El aborto es parte integral de la evolución en la naturaleza y la historia humana. Esto no es un argumento ni a favor o en contra, sino un hecho innegable. No hay pueblo, ni época donde el aborto no fuera practicado legal o ilegalmente. El aborto está completamente ligado a la existencia humana…».

Lo anterior lo dijo Simón de Beauvoir, famosa escritora francesa que hizo revolución con sus ideas en el siglo XX, y quien por supuesto sabía lo que afirmaba, porque es muy cierto que el aborto es una experiencia que muchas mujeres han vivido a través de la historia y hasta nuestros días, desde la época de los romanos, los aztecas y hasta nuestros días.

Entonces ¿por qué no verlo cómo una opción que las mujeres han tomado durante siglos, que se debe respetar y apoyar?

Así como todas las mujeres tienen derecho a una atención médica al momento de dar a luz, también deberían de tener el derecho de recibir esa misma atención, cuando desean interrumpirlo, porque es un hecho que seguirá ocurriendo mientras no se detengan las violaciones, la falta de una buena educación sexual o el porcentaje de fallo en los métodos anticonceptivos y no podemos dejarlo debajo de la alfombra, es decir en la clandestinidad.

Al recurrir a un aborto clandestino, en clínicas donde muchas veces no tienen el personal y material quirúrgico especializada, la vida de las mujeres se deja en manos de ¿quién? Algún practicante de medicina, un doctor misógino, o una enfermera que cree poder hacer este tipo de interrupciones porque ha visto cómo lo hacen.

Lamentablemente, tanto el alumbramiento como la interrupción del embarazo en México han causado muchos problemas de salud a la población femenina, debido a que las cifras de muerte por estas causas son elevadas, de hecho el aborto es la tercera causa de muerte materna.

El embarazo se atiende un poco más, aunque no lo suficiente. Pero a las mujeres que desean interrumpir su embarazo, se las han dejado en manos de la clandestinidad por medio de la penalización del aborto.

El aborto es un problema de salud y se debe atender y respetar. De la misma manera que a nadie se le debe obligar a interrumpir su embarazo, tampoco se le debe prohibir interrumpirlo, porque es una decisión personal.

En México el aborto es ilegal, salvo algunas causales definidas en las legislaciones de algunas entidades. Y en el Distrito Federal se despenalizó en 2007, por cualquier causa, en las 12 primeras semanas de gestación, lo que permite que las mujeres accedan a ese derecho en los hospitales públicos bajo la supervisión del gobierno metropolitano.

De acuerdo con las autoridades sanitarias de la Ciudad, en el primer año de vigencia de esta despenalización se han practicado 7 mil 820 abortos legales; y gracias a ello legalización, todas estas mujeres recibieron la atención indicada, y no arriesgaron su vida con un aborto clandestino.

Este derecho podría establecerse en todo el país, sin embargo, esta posibilidad la está bloqueando quienes supuestamente hacen política con el fin de beneficiar a la población mexicana: nuestros legisladores del PAN y el PRI, quienes han lanzado iniciativas con el fin de hacer cambios a las constituciones locales, para convertir el aborto en delito en cualquier circunstancias, bajo el argumento de «proteger la vida de la concepción».

Por su parte, por fortuna, las Organizaciones Civiles quienes se han encargado de proponer, exigir y demandar acciones para luchar contra las diversas problemáticas que aquejan a nuestra sociedad.

El miércoles pasado reclamaron ante las sedes de los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD) por las reformas legislativas que se han realizado en 13 entidades, donde las mujeres se verán orilladas a quedar en manos de una clínica clandestina, en lugar de los servicios de salud del gobierno.

Hay algo inexplicable en la posición de quienes defienden la penalización: por un lado se castiga el aborto, pero por otra no se apoya a la educación sexual para evitar los embarazos no deseados, tal parecería que quieren seguir incrementando la población o ¿aumentar la mano de obra baratísima? Además, defienden el derecho a la vida desde la concepción, pero no defienden el derecho a la educación, a la salud, a una buena alimentación, o a un empleo digno.

09/HS/GG

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